CIUDAD DE MÉXICO,- La ciencia cuyo propósito es hallar alternativas para combatir diversas enfermedades que asolan a la sociedad y mundo, ahora la doctora en biotecnología Enriqueta Martínez Rojas se ha dado a la tarea de utilizar los residuos de la industria cervecera parea crear pigmentos y nutrientes que previenen enfermedades cardiovasculares, cáncer de próstata y colon. Los compuestos obtenidos pueden utilizarse en la formulación de refrescos, bebidas energéticas o simplemente alimenticios.
Refiere la especialista que la investigación consiste en convertir la basura en compuestos rentables y benéficos para la salud: 1 kilo de residuos de cerveza cuesta 95 pesos y 1 kilo de pigmentos nutrientes, como el betacaroteno o licopeno, pueden llegar a comercializarse hasta en 190,000 pesos.
El primer factor determinante es la cebada, un cereal que llega a las cervecerías en forma de malta. El proceso para obtenerla es el malteo, que consiste en poner la semilla o grano en condiciones de humedad y temperatura adecuadas para dar la oportunidad al desarrollo de encimas que inciden sobre el almidón o azúcar, y lo dividen para servir de alimento a las levaduras que realizan el proceso de fermentación. El tercer ingrediente es el lúpulo, una planta que aporta la nota amarga a la cerveza.
De este proceso, el equipo científico de la Universidad de Ciencias Aplicadas de Nuevo Brandeburgo, Alemania, que dirige Martínez Rojas, vierte en un reactor los residuos, compuestos orgánicos que son ricos en proteínas y carbohidratos, mismos que servirán de alimento de una serie de microorganismos y bacterias; ahí se mantienen a una temperatura de 30 grados centígrados.
El cultivo cambia de color y se obtiene la sustancia final, y a ésta se le realiza una extracción química para que esté libre de agentes tóxicos, teniendo como resultado pigmentos que dan tonalidades de amarillo, naranja o rojo, los cuales pueden implementarse en bebidas o alimentos.
El ingerir este pigmento puede prevenir ciertos tipos de cáncer como el de próstata y colon. El betacaroteno que se encuentra en la zanahoria ayuda a que las células de la córnea maduren, por lo tanto sirve en el tratamiento de cataratas, explica Martínez Rojas, egresada de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.
“Es más fácil consumir un producto que contenga el pigmento, que comer todos los días jitomate. Además, estos compuestos pueden implementarse en la dieta de los pollos para mejorar la calidad nutricional del huevo”, expuso la especialista que radica en Alemania desde hace 13 años.
Los investigadores buscan aumentar la producción de pigmentos, que ya cuenta con patente en Alemania y planean diseñar un producto propio.
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