
CIUDAD DE MÉXICO.- «Código infarto», es el nombre de un protocolo que fue establecido en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) para al menos 12 millones de personas sobre todo de la capital y sus alrededores, con el objetivo de agilizar la atención de personas que sufren de un repentino ataque vascular.
Desde su nacimiento, ha reducido a la mitad la mortalidad promedio por estos problemas en las zonas donde opera. Por tal motivo, en el 2017 se espera ampliarlo hasta llegar a un total de 35 millones de personas.
La estrategia fue establecida ante la alta mortalidad registrada por males cardiacos en el país, que asciende a 28%, contra 8% de naciones avanzadas.
Esta trágica estadística refleja la «epidemia» de obsesidad y sobrepeso que afecta al país acompañado por un abanico de problemas como el colesterol alto, hipertensión diabetes, abuso de alcohol y tabaco.
Al menos 100 vidas han sido salvadas desde que fue puesto en marcha el Código Infarto en febrero del 2015, con 8 muertes en promedio menos al mes, en los hospitales y clínicas donde opera, un resultado sorprendente.
Sólo en 2013, el IMSS, que aglutina a más de 60 millones de afiliados, es decir, a la mitad de la población, registró un promedio de 3.157 muertes al mes por problemas cardiacos. El programa redujo de 4,5 horas en promedio en que se atendía a un paciente en las salas de urgencia a menos de dos horas.
Hemos sido más oportunos. Desde que llega el paciente, en menos de 10 minutos tenemos el electrocardiograma, el diagnóstico y empezamos a actuar», afirmó Gabriela Borrayo, coordinadora nacional de «Código Infarto».
Con esta estrategia, cada paciente debe recibir atención inmediata para abrir arterias bloqueadas y restablecer su flujo sanguíneo en los primeros 90 minutos, desde su llegada al área de urgencias, señaló.
con información de agencias, IMSS
jcrh