EEUU: ¿A quién culpará si el auto sin conductor se estrella? | Digitall Post : Digitall Post
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EEUU: ¿A quién culpará si el auto sin conductor se estrella?

EEUU: ¿A quién culpará si el auto sin conductor se estrella?

ESTADOS UNIDOS,-  La carrera por el desorbitado avance de la tecnología obligan a conocer las directrices básicas de actuación sobre inteligencia artificial. Vivimos tiempos eminentemente tecnológicos, sin embargo la irrupción de los diferentes sistemas de inteligencia computacional, que ya se están desarrollando, va a dar un vuelco al mundo tal y como hoy lo conocemos.

Máquinas que cuentan con sus propios sensores para percibir la realidad, que la procesan en milésimas de segundo, que poseen algoritmos que desembocan en una decisión automática, mecanismos que la llevan a cabo y redes neuronales que aprenden de esas decisiones. No es el argumento de ninguna película de ciencia ficción, es la actualidad en la que ya nos movemos.

Hace tan solo unas semanas, el pasado 12 de octubre, el Comité Nacional de Ciencia y Tecnología de Estados Unidos publicaba un informe dirigido a la Casa Blanca con las guías rectoras que el gobierno norteamericano debería seguir sobre el desarrollo de la inteligencia artificial.



No es el único país que lo ha hecho: Un mes antes, el 13 de septiembre, el consejo científico británico hacía público su propio estudio dirigido al Parlamento. Ambos informes coinciden en un punto esencial: La inteligencia artificial no es algo que pueda dejarse para un futuro siempre lejano, sino una realidad que debe afrontarse cuanto antes.

Para Helena Matute, Catedrática de Psicología Experimental en la Universidad de Deusto y Directora del Laboratorio de Psicología Experimental en donde investigan las relaciones con las nuevas tecnologías, «la inteligencia artificial (IA) ha dejado de ser un tema opcional, ya se encuentra entre nosotros, y aún no hemos abordado cómo vamos a convivir con ella. Aún son muy básicos, pero que comiencen a aparecer esta clase de documentos oficiales es algo fundamental».

No hay que irse muy lejos: coches autónomos, redes neuronales, vigilancia automática, reconocimiento de imágenes… «Estas tecnologías ya existen y debemos aceptar cuanto antes que pronto estaremos rodeados de máquinas que aprenden por ellas mismas y toman decisiones sin consultarnos», señala Matute.

En 2007 el economista libanés Nassim Taleb introdujo el concepto de «eventos cisne negro» referido a acontecimientos de alto impacto mundial que son difíciles o imposibles de predecir. La aparición de internet o los ataques del 11S son algunos de los ejemplos de cisne negro que suelen citarse. Sin embargo, la irrupción de la Inteligencia Artificial en nuestra sociedad no puede catalogarse en este concepto puesto que, desde hace años, existen multitud de expertos que afirman claramente que esta clase de tecnología nos va a cambiar la vida.



De hecho, los dos informes (tanto el estadounidense como el británico) coinciden en que «la IA posee el potencial para convertirse el mayor impulsor del crecimiento económico y del progreso social, siempre que la industria, la sociedad civil y los gobiernos trabajen juntos para apoyar su desarrollo, vigilando con atención especial la gestión de sus riesgos».

«Los gobiernos tienen que ponerse manos a la obra, estudiar y comprender el fenómeno», explica Matute, «¿qué ocurre si un coche dirigido por un sistema automático se estrella?, ¿de quién es la responsabilidad? Existe un gran vacío legal. Nos encontramos en un momento crucial en el que hay que iniciar la legislación y regularización de situaciones que ya están sucediendo, y empezar a analizar muchas otras que llegarán. Es algo que debemos empezar a plantearnos y que incluye una gran cantidad de puntos de vista legales, éticos, sociales, laborales e incluso culturales».
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