
MÉXICO.- El peso mexicano está pasando por su peor devaluación desde mediados de febrero, al grado de que es la más depreciada de las monedas de economías emergentes en el mundo. ¿Por qué? debido a una situación que ha pasado a conocerse como el «Efecto Trump». Es decir, los temores de que el magnate llegue a la Casa Blanca han impactado a la divisa mexicana.
La caída de la moneda azteca por niveles por debajo de los del real brasileño o del rublo ruso causó cierta sorpresa, porque no parecía lógica cuando los precios del petróleo están subiendo y la economía mexicana es evaluada como más sólida que la de otros países emergentes.
Por ello, «desde ahora y hasta noviembre, se prevé una «venta de posiciones en pesos frente al dólar como apuesta financiera relacionada con las elecciones estadounidenses», dijo el columnista Leo Zuckermann.
«El peso se ha convertido en una cobertura de los inversionistas en contra de la posible victoria de Donald Trump», señaló a su vez un informe de Banamex, la filial mexicana del gigante financiero estadounidense Citicorp.
El dólar rompió el lunes la barrera de los 19 pesos al por menor y hoy abrió en 19,20, apenas 2 centavos menos que el cierre del martes, y se encamina a romper su máximo histórico de 19,44 establecido el 11 de febrero pasado. El peso se ha depreciado un 10% en lo que va del año, que se suma la caída del 17% registrada en 2015, su peor desempeño anual desde 2008, debido al desplome de los precios del petróleo y los temores sobre el comportamiento de la economía global.
Otros factores que recrudecen la volatilidad han sido la expectativa de una nueva alza en las tasas de interés en Estados Unidos, así como a la ansiedad por el llamado «Brexit», la posible salida de Gran Bretaña de la Unión Europea.
Desde el mes pasado, expertos de Banamex ya habían anticipado que «el peso mexicano podría reaccionar exageradamente» ante la expectativa de una victoria de Trump en las elecciones de noviembre próximo. En particular hay nerviosismo por el temor de que Trump retire a Estados Unidos del Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Se esperaría que las autoridades mexicanas tomaran cartas en el asunto, pero han pasado cuatro meses desde la última vez que el Banco de México (Banxico) intervino para frenar la caída del peso.
Banamex señaló el riesgo de un cóctel mortífero que resulte de la combinación de la «la alta sensibilidad del peso mexicano» con «el tono duro que una administración de Trump asumiría frente al acuerdo comercial, lo que perturbaría a los participantes del mercado».
Además, alertó en torno a una «sobre reacción del tipo de cambio» y dijo que «las autoridades en México están conscientes que este escenario podría requerir de respuestas en materia de política económica».
Entre las opciones se menciona la posibilidad de que México utilice instrumentos como la intervención discrecional en el mercado cambiario o el aumento de la línea de crédito flexible que tiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI). De hecho, el 27 de mayo pasado, el organismo aprobó una nueva línea de crédito flexible para México por 88.000 millones de dólares con una vigencia de dos años, que reemplaza el acuerdo previo por unos 67,000 millones de dólares.
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), ha señalado que no descarta que las autoridades cambiarias realicen intervenciones en el mercado, dentro de un entorno todavía altamente volátil.
Pero los expertos de Banamex exponen que aunque Trump ordenara la salida de Estados Unidos del TLCAN, tendría que someterse a la regulación sobre aranceles de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Esta entidad le impediría decretar su prometido impuesto de 35% sobre los bienes importados de México y de otros países.
con información de Agencias, Banxico y Banamex
jcrh