CALIFORNIA, ESTADOS UNIDOS.- Manu Prakash es un profesor de Bioingeniería de la Universidad de Stanford empeñado en llevar tecnología médica de bajo costo a países escasos de recursos. Hace unos años presentó un efectivo microscopio, que apenas costaba un euro, pero que solucionaba algunos de los problemas de diagnóstico en lugares donde no pueden costear un microscopio electrónico.
En esta ocasión, y reinventando un típico juego de niños, Prakash presenta un nuevo diseño que es capaz de sustituir a una centrifugadora para realizar análisis de sangre en zonas sin recursos donde no poseen este tipo de material médico.
Las centrifugadoras son una parte importante de las técnicas médicas en todo el mundo, habitualmente se utilizan para analizar la sangre separando el plasma de sus otros componentes. Otros diseños “low cost” han conseguido alcanzar 600 o incluso mil revoluciones por minuto, pero estas velocidades de giro no son lo suficiente efectivas.
Prakash ha conseguido un método capaz de alcanzar 125 mil revoluciones por minuto, utilizando solamente papel y una cuerda elástica. Su uso durante algo más de un minuto es suficiente para separar el plasma de la sangre y si se utiliza durante 15 minutos se pueden aislar parásitos, como el de la malaria, uno de los principales problemas sanitarios de estas regiones.
Esta simple idea, denominada Paperfuge, permitiría contar con una centrifugadora en los lugares más remotos por apenas 20 céntimos de euro, demostrando que a veces las soluciones más sencillas y eficaces no tienen porque ser las más caras.
con información de agencias y la Universidad de Stanford
jcrh