El "Milagro" del Sol en el templo de Abu Simbel | Digitall Post : Digitall Post
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El «Milagro» del Sol en el templo de Abu Simbel

El «Milagro» del Sol en el templo de Abu Simbel

EGIPTO,-  El fenómeno astronómico de enorme belleza, se repite dos veces por año, el 22 de febreroy el 22 de octubre, el cielo oscuro y límpido, luego un tímido rayo, es el milagro del Sol: el gran templo de Ramses II en Abu Simbel, en Alto Egipto, unos 280 kilómetros al suroeste de Asuán.

Gracias a la orientación de la estructura excavada en la roca el sol se introdujo a las 5.55 (hora local) en el «Speos» (cueva) tocando con sus rayos al soberano y a otras estatuas y expresando el sentido teológico de la iluminación del Faraón y la unión con la divinidad. Luego, tras unos veinte minutos, las enigmáticas y milenarias sonrisas desaparecieron nuevamente en las sombras.

El evento no tiene nada de sobrenatural pero es el fruto de los precisos cálculos de los antiguos arquitectos que lo habían previsto para el inicio de la cosecha y para el fin de la crecida del río Nilo. Un gran espectáculo de luz para los centenares de personas que llegaron al alba a orillas del lago Nasser para gozar con los primeros rayos de sol.



Son muchas las curiosidades: el traslado del complejo arqueológico a fines del siglo pasado hizo posponer dos días el fenómeno astronómico. En 1964 fue inaugurada una colosal operación arqueológica mediante la cual se trasladó a los tempos, desarmando bloque por bloque, a orillas del lago Nasser, donde se encuentran hoy.

Se lo hizo para evitar que fuesen sumergidos por las aguas del Nilo a raíz de la realización de la represa de Asuán.

Abu Simbel es un complejo arqueológico que fue mandado a realizar por Ramses II (XIX dinastía) en el siglo XIII A.C. pero fue descubierto recién en 1813 por el arqueólogo suizo Johann Ludwig Burckhardt, que lo encontró sepultado bajo la arena.

El primero que ingresó, sin embargo, fue el arqueólogo italiano Giovanni Battista Belzoni en 1817.



El complejo está constituído por dos templos excavados en la roca: el más grande está dedicado a Ramses II. En la fechada, de 33 metros de altura y 38 metros de ancho, se destacan las cuatro estatuas del faraón, cada una de una altura de 20 metros y en cada una el rey tiene las coronas del Alto y del Bajo Egipto.

El segundo templo, más pequeño, está dedicado a la esposa Nefertiti. En 1979 fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

«Estamos muy felices de tenerlos aquí, donde nació la historia, que se diviertan y difundan el mensaje de lo que han visto hoy aquí: Egipto es estable y seguro», afirmó el ministro de Turismo egipcio, Mohamed Yehia Rashed. «Trabajamos juntos para hacer que los turistas vuelvan a sentir confianza y regresen al país», subrayó.
ansa/r3