CRACOVIA,-  Desde una ventana del Arzobispado de Cracovia, el Papa Francisco denunció  la crueldad que aún impera en el mundo, clamó por los torturados y los presos que viven hacinados en cárceles superpobladas.

“¡Cuánto dolor, cuanta crueldad! ¿Es posible que nosotros, hombres, creados a semejanza de Dios seamos capaces de hacer estas cosas?”, señaló esta tarde-noche asomado ante una multitud reunida en la plaza contigua al edificio, como lo hacía Juan Pablo II en sus tiempos como Papa.

Jorge Mario Bergoglio recordó que este viernes por la mañana vivió el dolor durante su visita al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau, pero advirtió que la crueldad no terminó allí, con los abusos de 70 años atrás.

Aclaró que su intención no era amargar a nadie pero recordó que actualmente también se tortura y tantos prisioneros son atormentados. “Rápido, para hacerlos hablar. ¡Es terrible!”, añadió al afirmar que muchos hombres y mujeres “viven como animales” en las cárceles superpobladas.

“Si ahí vimos la crueldad de 70 años atrás, cómo morían fusilados, colgados, con el gas, pero hoy, en tantos lugares del mundo, donde existe guerra sucede lo mismo. En esta realidad Jesús vino a llevarla sobre sus espaldas y nos pide rezar”, añadió.

Habló además de otros seres humanos que sufren la guerra, los sin techo, hambrientos, los que tienen dudas en la vida, que no sienten la felicidad, la salvación o que se sienten con el peso del propio pecado. Y también los más indefensos: “¿Por qué sufren los niños? No existen respuestas para estas preguntas”, reconoció.

Entonces invitó a todos los presentes a orar por todas estas personas, así pronunció un Ave María en voz alta antes de despedirse pidiendo a todos rezar por él.

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