MÉXICO.- México es el país latinoamericano que menos ha cultivado su relación con el gigante asiático y no se le ha dedicado capital político para mejorar la relación. Lógicamente, en estos momentos ante las amenazas proteccionistas de Donald Trump, se está pagando el haber relegado su relación comercial con China.
Al día de hoy, México tiene hoy un déficit comercial de 64 mil 113 millones de pesos con China, el más grande desequilibrio comercial respecto a cualquier nación con la que se comercia, según estadísticas del Banco de México (Banxico).
Además, menos del 0.1 por ciento de la inversión extranjera directa que llega al país proviene de esa nación, de acuerdo con datos de la Secretaría de Economía. Incluso, se han frenado proyectos de inversionistas chinos: como el centro de comercio Dragon Mart, en Quintana Roo, y el tren de alta velocidad México-Querétaro.
Durante 2010- 2015, según datos de la Comisión Económica para América Latina, Brasil captó en inversión china 29 mil 280 millones de dólares, mientras Perú recibió 16 mil 121 millones de dólares. En contraste, México, según la Secretaría de Economía, captó 275 millones de dólares en el mismo periodo.
Actualmente, China es nuestro segundo socio comercial, considerado así por la cantidad de importaciones que México realiza del país asiático, y es el tercer destino de exportaciones. En 2015, las exportaciones al gigante asiático alcanzaron 4,885 mdd (1.3 % del total de exportaciones de nuestro país), mientras que las importaciones sumaron 69.988 mdd (5.6 % del total de importaciones mexicanas). Por lo tanto, México presenta un alto y creciente déficit comercial: en 2015 la relación importaciones/exportaciones fue de 14:1.
En este intercambio comercial, China exporta a México productos de valor agregado como celdas fotovoltaicas, aparatos electrónicos, accesorios de audio y video, juguetes, videojuegos, entre otros; mientras que importa de nuestro país en su mayoría materias primas como metales, minerales, plásticos, caucho, productos químicos, cuero y equipos electromecánicos y de transporte.
Ante este desequilibrio en la balanza comercial, así como la disminución en los precios de las materias primas (minerales, metales, petróleo), es urgente que México impulse la creación de empresas transformadoras que agreguen valor a esas materias primas y fabriquen bienes finales, de tal modo que resulte más fácil y menos costoso innovar que importar estos bienes finales de China.
De esta manera, México podría diferenciarse de los países latinoamericanos que se han especializado en la proveeduría de materias primas. Asimismo, es indispensable fomentar la complementación china en sectores clave para México, como el petroquímico, el automotriz, la minería y siderurgia, el textil y de confección, entre otros.
Uno de las opciones a explorar, además de la actividad comercial, es la expansión de servicios como el turismo. A pesar de que China es el principal país exportador de turistas al exterior, con alrededor de 130 millones de viajeros en el 2015, México aun no es capaz de atraer suficiente turismo chino, debido a la falta de una estrategia integral y consistente en la materia. Por lo tanto, es preciso que México comience a trabajar en una agenda en turismo, que contemple aspectos como campañas de comunicación, logística, infraestructura y capacitación de servicios turísticos.
con información del Banco de México, Secretaría de Economía y agencias
jcrh