HIROSHIMA, JAPÓN.- Barack Obama se convirtió el viernes en el primer presidente estadounidense en ejercicio que visita Hiroshima, colocando una ofrenda floral en el lugar del primer bombardeo atómico de la historia en un gesto que Tokio y Washington esperan consolide su alianza y refuerce los esfuerzos por abolir las armas nucleares.
Sin embargo, incluso antes de producirse, la visita provocó un debate, ya que algunos críticos acusan a ambas partes de tener memoria selectiva, llamando la atención sobre las paradojas de unas políticas que se apoyan en la disuasión nuclear al tiempo que piden el final de las armas atómicas.
Ambos gobiernos esperan que el recorrido de Obama por Hiroshima, donde una bomba atómica mató a miles de personas el 6 de agosto de 1945 y dejó otros 140.000 muertos antes de acabar ese año, ponga de manifiesto un nuevo nivel de reconciliación y unos lazos más estrechos entre antiguos enemigos.
«Venimos a reflexionar sobre la terrible fuerza desatada en un pasado no muy lejano», dijo Obama después de depositar una ofrenda floral en un monumento por la paz. «Venimos a expresar nuestro luto por los muertos», agregó.
Antes de colocar la ofrenda, Obama visitó un museo donde se exhiben inquietantes muestras que incluyen fotografías de las víctimas con graves quemaduras, la ropa hecha jirones y manchada que llevaban y estatuas que los representan con la piel desprendiéndose de sus cuerpos.
Asesores habían dicho que el principal objetivo de Obama en Hiroshima era exponer su programa de desarme nuclear, por el que ganó el Premio Nobel de la Paz en el 2009. «Recordamos a todos los inocentes que murieron en el arco de esa terrible guerra», dijo un solemne Obama.
«Tenemos una responsabilidad compartida de mirar directamente a los ojos de la historia. Debemos preguntarnos lo qué tenemos que hacer de manera diferente para frenar tal sufrimiento de nuevo», agregó.
Obama dijo previamente que honraría a todos los que murieron en la Segunda Guerra Mundial, pero no se disculparía por el bombardeo. La ciudad de Nagasaki fue alcanzada por una segunda bomba atómica el 9 de agosto de 1945 y Japón se rindió seis días después.
La mayoría de los estadounidenses consideran que estos bombardeos fueron necesarios para poner fin a la guerra y salvar vidas, aunque algunos historiadores cuestionan ese punto de vista. La mayoría de los japoneses creen que fueron injustificados.
«No voy a volver a la decisión de utilizar armas atómicas en Hiroshima y Nagasaki, pero voy a destacar el hecho de que el que el primer ministro (Shinzo) Abe y yo vengamos juntos a Hiroshima demuestra al mundo la posibilidad de la reconciliación, que incluso antiguos adversarios pueden convertirse en los aliados más sólidos», dijo Obama en respuestas por escrito a preguntas del diario japonés Asahi publicadas el viernes.