OHIO, ESTADOS UNIDOS.- Ella es la hija favorita de Donald Trump y por méritos propios, se ha colocado como una de las armas más eficaces de su padre y motivos no le faltan: es bella e inteligente, al grado de que incluso los adversarios más feroces del magnate, tienen poco que decir contra ella.
Ivanka, de 34 años, madre de tres niños, casada con el promotor inmobiliario Jared Kushner por quien ella se convirtió al judaísmo, es vicepresidenta de desarrollo y adquisiciones de las empresas de su padre, las Organizaciones Trump.
Diplomada en economía y activa empresaria, es también creadora de una línea de ropa y accesorios femeninos, y además administra un sitio web donde ofrece consejos para mujeres que trabajan.
Brillante, elegante y de hablar pausado, esta neoyorquina está presente de forma casi permanente en la campaña de su padre, aunque hasta hace muy poco era amiga de Chelsea Clinton, hija de quien deberá ser la adversaria de Trump en la campaña electoral.
Ivanka habla en algunas reuniones y defiende a su padre cuando éste es criticado. En mayo generó un revuelo cuando afirmó que su padre tenía un «respeto total por las mujeres». Diversas fuentes indican que ella tuvo un papel activo en la elección del candidato a vicepresidente, y el senador Bob Corker incluso llegó a decir que la propia Ivanka sería una aspirante formidable para ese cargo.
Prácticamente todos la ven desempeñando un rol importante en un eventual gobierno de Trump.
Pero antes de eso, Ivanka tiene el papel fundamental de atraer al electorado femenino, ya que de acuerdo con un reciente sondeo solamente el 34% de las mujeres apoyan a Trump. Por otro lado, se le considera como la principal unificadora del equipo de campaña de su padre, y es que a ella, le gusta mostrar la imagen de que son una familia perfectamente unida.
De hecho, Ivanka fue la primera en defender a Melania, luego del espectacular escándalo que se generó luego del plagio de algunas frases del discurso de Michelle Obama de hace ocho años.
jcrh