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La belleza cuesta ¡hasta la muerte..!

La belleza cuesta ¡hasta la muerte..!

MIAMI, – El aumento de senos o glúteos, lejos de convertirse en un atractivo para las mujeres se constituye en pesadilla que en algunos casos les costó la vida o las puso al borde de la muerte. Llamar a Miami una de las «capitales de la cirugía plástica» en Estados Unidos, no parece del todo adecuado.

Le sucedió a la popular locutora radial ecuatoriana Betty Pino, fallecida en 2013, tras una operación para eliminar de sus glúteos la silicona. Pero el caso de Heather Meadows, de 29 años de edad y madre de dos hijos, que deseaba el popular “Brazilian Butt” o “Trasero brasileño”, un procedimiento en el que se elimina la grasa a través de la liposucción en el estómago, la espalda, muslos y/o los brazos, y luego se inyecta en los glúteos, ha puesto el tema en debate de nueva cuenta.

La mujer viajó desde el estado de Virginia a esta ciudad para mejorar sus “curvas” y se sometió a una operación el pasado 12 de mayo en la clínica Encore Plastic Surgery de Hialeah, en donde -según este centro- se logra “el trasero soñado”.



Pero horas más tarde de haber iniciado el procedimiento las cosas se complicaron y Meadows tuvo que ser llevada de emergencia a un hospital donde murió.

Según el reporte del médico forense de Miami-Dade, Meadows falleció debido a que durante la transferencia de los lípidos, partículas de grasa se filtraron en su sangre a través de una vena, lo que formó coágulos que le obstruyeron las arterias de los pulmones y el corazón, colapsando estos órganos vitales.

La noticia revivió otros casos de los riesgos que enfrentan las mujeres que buscan alterar sus cuerpos con la idea de alcanzar los cuerpos esculturales alimentados por la publicidad de figuras del mundo del espectáculo como Jennifer López o Kim Kardashian.

Desde 2010, cuatro mujeres murieron en clínicas de cirugía plástica en el sur de Florida en este tipo de procedimientos quirúrgicos y otras cuatro se encuentran con terribles secuelas, en ocasiones con daño cerebral. Todos estos casos son de mujeres entre los 19 y 51 años de edad.



Lidvian Zelaya murió en 2010 a los 35 años, tras ser sometida a una “lipoescultura” de “Trasero brasileño” en la clínica Strax Rejuvenation. La autopsia reveló que una pequeña partícula de grasa bloqueó el torrente sanguíneo y eso frenó su corazón.

Luego en 2013, falleció Maribel Cardona, tras el mismo tipo de operación en la clínica Vanity Cosmetic Center, ubicada en la popular calle 8 de Miami. Cardona sufrió complicaciones respiratorias durante la intervención y fue trasladada a un hospital en la zona de Kendall, donde falleció debido a un embolismo pulmonar de grasa. La mujer había pagado cuatro mil dólares.

Ese mismo año, falleció Suyima Torres a los 28 años debido a una embolia, luego de que se le inyectara el trasero con una sustancia a un costo de mil 500 dólares. En ese caso la clínica sólo tenía una licencia para proporcionar masajes pero anunciaba en Facebook que tenía cirujanos plásticos certificados.

La semana pasada las autoridades arrestaron en el aeropuerto de Miami al venezolano José Robusto, de 43 años, como presunto responsable del homicidio involuntario de Torres y práctica de medicina sin licencia.

Al menos otras cuatro mujeres: Yahira Espada, Catherine González, María Sánchez y Linda Pérez, sufren los estragos en la actualidad en sus cuerpos de este tipo de procedimientos que han salido mal. González, de 19 años, debió ser internada ocho días en un hospital después de sufrir varios paros respiratorios y tiene secuelas, mientras que Espada, de 41 años, tiene una protuberancia de grasa en la cadera y fuertes dolores.

De acuerdo con expertos, hace falta una mayor preparación de los médicos que están realizando este tipo de cirugías, pues en Florida es legal que cualquier médico, independientemente de su especialidad, realice operaciones de cirugía plástica.

En el pasado se han tratado de impulsar sin éxito proyectos de ley en el estado con el fin de encontrar una solución al creciente problema de la práctica de cirugías cosméticas por parte de doctores que no están certificados como tal.

El médico Joshua Lampert, asistente del departamento de cirugía de la Escuela de Medicina de la Universidad Internacional de Florida, consideró que en Florida no hay regulaciones para que cualquier médico pueda hacer una cirugía plástica.

Lampert, quien está certificado por la American Board of Plastic Surgery (ABPS), dijo que ésta es la única junta avalada por el colegio médico norteamericano, mientras que otras muchas clínicas se acogen a otras “juntas o consejos” que no están acreditados por la ABPS.

Se estima que más de 10 millones de personas se someten cada año a cirugías plásticas en Estados Unidos, el país con el mayor número de procedimientos cosméticos en el mundo. Esto se traduce en una industria de casi 13 mil millones de dólares anuales.

Según el último reporte de la Sociedad Americana de Cirugía Plástica, la liposucción es la operación más común, seguida por el aumento de senos.

Miami es la tercera ciudad con mayor número de cirugías plásticas per cápita en Estados Unidos, superada por San Francisco en segundo lugar y por Beverly Hills en primer lugar. En Miami hay 10 cirujanos por 100 mil personas.

Según la Asociación Nacional de Cirujanos, la mayor parte de estos procedimientos estéticos se realizan en centros u oficinas médicas, mientras que cada vez menos, los pacientes optan por el uso de hospitales o centros ambulatorios vinculados a los hospitales con el fin de reducir otros costos.

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