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Las piedras preciosas que alcanzan sumas increíbles

Las piedras preciosas que alcanzan sumas increíbles

Según su coloración es el valor, las piedras preciosas han alcanzado precios de sumas millonarias en dólares en las principales casas de subastas. Su pigmentación se considera una suerte de «accidente de la naturaleza».

¿Se acuerdan de aquella película protagonizada por Sean Connery,  (James Bond) estrenada en 1971, «Los diamantes son eterno»?, buena parte de este film obedece a la fiebre que parece existir en el mercado de las piedras preciosas, donde las cifras astronómicas, quitan el aliento y aquellos detalles que para el público lego es imposible entender

Los diamantes de colores, sean azules, rosas o naranjas, acaparan la élite de las joyas. De hecho, a la hora de valorarlas, resulta más determinante la intensidad de su color que el tamaño de la misma pieza. Todos son blancos en su origen hasta que un agente colorante que penetró en la tierra cambió su estructura molecular. Por eso, todos son diferentes, únicos.



«Los dos parámetros que más se tienen en cuenta a la hora de valorarlos son la intensidad de su tono y la escasez de la piedra. Una vez que se juntan esos dos parámetros, puede hablarse de una pieza excepcional», detalló David Warren, responsable de la sección de joyas de la casa de subastas Christie’s.

Desde el Oppenheimer Blue, subastado en Ginebra, hasta el «The Orange», una pieza exótica naranja descubierta en Sudáfrica, los diamantes más caros del planeta en la actualidad son:

Oppenheimer Blue

Oppenheimer Blue
El Oppenheimer Blue, de 14,62 quilates, está considerado el diamante más caro del mundo, ya que fue subastado hace unas semanas en Ginebra por unos 58,2 millones de dólares. La piedra está clasificada en la categoría «Fancy Vivid Blue», la variedad más extraña para los diamantes azules y pertenecía al coleccionista londinense Sir Phillip Oppenheimer (1911-1995), que controló durante mucho tiempo el mercado mundial de las piedras preciosas gracias a su compañía De Beers.



Blue Moon Josephine

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La historia del Blue Moon Josephine, de 12,03 quilates y otro de los «azules» más preciados, resulta muy peculiar. Se convirtió en el segundo más caro del planeta luego de que Joseph Lau, un magnate multimillonario de Hong Kong, pagara unos 48,4 millones de dólares para obsequiárselo a su hija de siete años. En el 2009, el propio empresario ya había pagado USD 9,5 millones por otra joya para regalarle a su heredera, que en ese momento era una recién nacida.

Graff Pink

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El Graff Pink es el rosa más caro del planeta. Con su corte esmeralda de 24,8 quilates, fue vendido por unos 46,2 millones de la moneda norteamericana en una subasta a Lawrence Graff, presidente de la compañía Lawrence Diamonds. La pieza fue subastada en el 2010 y llevaba sin ser mostrada al público unos 60 años.

«Es uno de los diamantes más deseados que vi en mi vida. Tiene una belleza que hipnotiza y no deja que puedas quitarle la mirada», expresó David Bennett, director del departamento de joyas de Sotheby, una de las casas de subastas más prestigiosa de la especialidad.

The Little Prince

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The Little Prince, o Principito, fue hallado hace 300 años en los campos de diamante Golconda, en la India. Con sus 34,5 quilates, fue vendido por unos USD 39,3 millones en una casa de subastas de Nueva York. La joya perteneció durante siglos a una familia real afincada en territorio indio y en 1960 fue vendida a la compañía Van Cleef & Arpels. El nombre responde al apodo que recibía el hijo de uno de los directores de esa compañía especializada

The Orange

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Con un peso de 14,82 quilates, «The Orange» se transformó en 2013 en el diamante naranja más costoso del globo. Fue entregado en Ginebra a un comprador anónimo y su precio alcanzó los 35,5 millones de dólares. La pieza fue descubierta en Sudáfrica, tiene el tamaño de una almendra y posee un brillo muy destacado según los especialistas.

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