![Los motores a combustión ¿tienden a desaparecer?](https://digitallpost.com.mx/wp-content/uploads/2016/05/imagegallery-45627-5654587e6ac4e-1024x576.jpg)
Una cosa resulta cierta, los automóviles que circulaban hace cosa de medio siglo, son los mismos, la única diferencia los nuevos diseños y las mejoras del motor, pecando de rigoristas los cambios no se consideran una adelanto maravilloso. Los fabricantes de automóviles se hallan bajo el ataque porque se han convertido en verdaderos contaminantes ambientales de ahí que las compañías a nivel internacional se preparan para responder este ataque.
Otro contendiente son el auge que han cobrado los vehículos eléctricos, orientados bajo un reglamento de emisiones y por personas como Elon Musk de Tesla implica que la demanda de motores de combustión, puede debilitarse.
Sobre los motores diésel se ciernen nubes negras, tras las revelaciones de Volkswagen que estremecieron la industria cuando en 2015 admitió que había instalado dispositivos en 11 millones de vehículos en todo el mundo diseñados para burlar las pruebas de emisiones. Otras investigaciones han implicado a otros fabricantes, desde Mitsubishi hasta Daimler.
Las investigaciones empañan la integridad del sector, dice Stuart Pearson, analista de automóviles de Exane BNP Paribas. “Los consumidores no sabrán en quién confiar”.
La marcha imparable de la tecnología ha provocado que los coches estén más conectados, en parte con la intención de volverlos más atractivos para los conductores jóvenes, a quienes les interesa más estar en línea todo el tiempo que los caballos de fuerza. Con el acceso a Internet viene el riesgo de los alborotadores que buscan causar estragos. Los peligros de los ataques cibernéticos que pueden provocar muertes es la pesadilla de los ejecutivos de la industria automovilística.
La tecnología trae nueva competencia. Las sombras de Apple y Google se ciernen sobre los fabricantes de automóviles que están repletos de historia. Samsung ha desarrollado sistemas telemáticos de rastreo de vehículos junto con Tantalum, un grupo de tecnología del Reino Unido, y se ha informado que está desarrollando su propio coche sin conductor.
Estas marcas son bien conocidas y semejantes desafíos técnicos amenazan con afectar las compañías más antiguas para las que la confianza del consumidor es esencial.
En la cumbre de Davos de este año, Mary Barra, presidenta ejecutiva de General Motors, dijo: “Estamos pasando de una industria que, durante 100 años, ha confiado en los vehículos mecánicos e impulsados por combustibles derivados del petróleo a una con autos interconectados, controlados electrónicamente y alimentados por diferentes fuentes de energía”.
Los fabricantes más antiguos están respondiendo a estos retos. Para muchos, la cuestión no es cómo hacer funcionar un motor eléctrico o cómo conseguir que un sensor active el freno, sino cómo lograr que estas tecnologías sean lo suficientemente asequibles como para introducirlas en los coches familiares, en lugar de ser dispositivos sólo para la gente rica.
Pero una forma de “disrupción” amenaza con debilitar las ventas de automóviles: la economía colaborativa, representado por compañías como Uber, de transporte compartido. En los próximos años, según opiniones, nadie va a tener un automóvil. La conducción — o “movilidad” — será un servicio a pedido, el cual se activará con un simple toque en un teléfono inteligente, un servicio que Uber ya ofrece.
La generación del milenio causa especial preocupación, pues entre estas personas — de entre 20 y 30 años de edad — podría estar disminuyendo la propiedad de automóviles. Este año, un estudio de la Universidad de Michigan concluyó que el 69 por ciento de las personas de 19 años de edad en EEUU poseían licencias en el año 2014, en comparación con el 87 por ciento en 1983.
Los jóvenes citadinos pueden utilizar los metros o Uber y muchos no cuentan con estacionamiento fuera de la calle. Esto se suma al inconveniente de tener un auto que según investigaciones no se utilizará durante más del 90 por ciento de su vida.
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