ESTADOS UNIDOS.- Melinia Knavs -su nombre de soltera- nació en Sevnica, un pequeño pueblo de la entonces Yugoslavia de apenas 5.000 habitantes. A sus 16 años, comenzó a trabajar como modelo y con una carrera meteórica a los 18 ya contaba con contratos internacionales.
En 2005, se casó con el magnate Donald Trump y en semanas, pasará a convertirse en la Primera Dama de Estados Unidos. Curiosamente, será la segunda no nacida en la Unión Americana, en ocupar dicha posición detrás de Luisa, británica que se casó con John Quincy Adams, presidente de la nación de 1825 a 1829.
Gracias a su trabajo como modelo, dueña de belleza singular, de rasgos marcados, ojos verdes, y una figura estilizada, pudo viajar por el mundo para finalmente instalarse en Nueva York. Ahí fue portada de prestigiosas revistas como Harper’s Bazzar, Vogue y Elle, para posteriormente como señalamos, enlazar su vida con Donald Trump, presidente electo de Estados Unidos.
Mantuvo su perfil bajo durante toda la campaña de su marido, hasta saltar a la fama luego del polémico discurso pronunciado durante la convención republicana realizada en julio.
Durante la dura campaña hubo escándalos como la filtración de fotos desnuda de Melania Trump o imágenes donde se la ve muy sexy, pero atrás quedaron los brillos, las estridencias y los escotes pronunciados. La exmodelo, a pesar de las extravagancias de Trump, lo acompaño con un vestuario, elegante, sobrio y glamoroso.
jcrh