ESTADOS UNIDOS.- En los últimos días una mujer ha dado mucho de qué hablar, quien con su historia, presente y futuro nos ha dado una muestra de que ¡Querer es poder! ha sido, Michelle Obama. Y es que es de fijar la atención como el icono mundial en el que se ha convertido, sin ser necesariamente una modelo, una cantante o una youtuber.
Con 53 años de edad, Michelle, la exprimera dama afroamericana de su país, ha hecho que el estereotipo de la “mujer perfecta” que se tiene, cambie. Ella misma, al lado de sus sencillas hijas Natasha y Malia, le han contado al mundo el verdadero valor y ejemplo que tiene la mujer dentro de una familia.
Pero ¿sabes? las cosas no fueron tan fáciles como se piensa, desafortunadamente, la sociedad y las divisiones entre los seres humanos hicieron que Michelle sufriera algunas consecuencias.
El color de piel y sus sinsabores…
Michelle LaVaughn Robinson Obama nació en Chicago, Illinois, el 17 de enero de 1964, se graduó en las universidades de Harvard y Princeton en Nueva Jersey, fue en esta última casa de estudios donde a la edad de 17 años fue víctima de racismo.
El suceso ocurrió cuando la madre blanca de su compañera de cuarto pidió sin éxito que cambiaran a su hija de habitación porque Michelle era negra. Fue ahí donde se dio cuenta de lo que implicaría a futuro haber nacido con ese tono de piel.
Me pregunto ¿Cómo habrá reaccionado esta mujer, años después de que vio en lo que se convirtió Michelle? Sin duda, hay que tener humildad porque la vida da muchas vueltas. ¡Oh, sí!
La vida sigue…
Después de completar su formación académica, trabajó en el despacho de abogados Sidley Austin en Chicago, donde conoció a su actual esposo, Barack Obama. A pesar de ser más joven que él, con apenas 25 años, Michelle fue tutora de Barack Obama cuando este tenía 28, mientras él hacía una pasantía en la firma de abogados de Chicago donde ambos trabajaban. Obama estaría allí solo por el verano antes de volver a la escuela de Derecho de Harvard.
A mitad de la pasantía, el futuro presidente de Estados Unidos invitó a Michelle en una cita romántica. En la cual, como lo han reafirmado en diversas apariciones públicas y privadas, el amor ¡triunfó!
Michelle, también fue parte del gabinete del alcalde de Chicago Richard M. Daley y laboró en el Centro Médico de la Universidad de Chicago. A lo largo de 2007 y 2008, trabajó en la campaña presidencial de su esposo y pronunció un discurso en la Convención Nacional Democráta de 2008.
Sin pensarlo, su esposo, se convertiría en el cuadragésimo cuarto presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, situación con la que no contaba Michell, pero que independiente de ello, no negó tomar de la mano a Barack y emprender juntos el camino que ha llenado de alegría y satisfacción a quienes los han seguido de cerca.
Su lado humano acompañado de amor por los demás dejó un gran sabor de boca, y es que, Michelle Obama, se enfocó a apoyar diversas causas sociales, entre ellas: “Let’s Move”’, “Reach Higher”, “Joining Forces“ y “Let Girls Learn”, programas que van desde potenciar los hábitos de vida saludables en las familias hasta el acceso a la educación en niñas y apoyo para los veteranos de guerra.
¡Sencillo es mejor!
Durante su estancia en aquella “Casa Blanca”, Michelle, también mostró a la gente que una Primera Dama es mejor cuando es divertida y natural, desde la forma de vestir hasta la forma de ser.
Como olvidar su primera aparición como Primera Dama en el día de la posesión presidencial, con aquel memorable traje amarillo de tres piezas, en el que Michelle mandó un mensaje claro y contundente: “Siendo una mujer negra, la primera de su raza, caminaba al escaño más alto del poder estadounidense”. Sí, estaba ahí, hecha realidad, con un color de piel que el mundo nunca imaginó.
Ni tampoco imaginarían que la diferencia la marcaría en su acercamiento a la gente, aquella que sale a la farmacia o que va a la escuela o al trabajo en bicicleta o a pie. Una mujer con un cuerpo diferente al de una modelo de revista, pero sí un modelo de mujer al que muchas han aplaudido y adoptado para ser mejores.
Discursos en donde ha defendido lo indefendible, donde ha dado prioridad a grupos vulnerables, donde la justicia es prioridad, han definido y marcado la trayectoria de Michelle Obama. También madre de dos chicas a quienes nunca ha dejado de criar pese a las diversas ocupaciones que absorben a una familia presidencial.
La ausencia de materialismo y la presencia de la igualdad fueron un ejemplo al mundo de como enseñar a nuestros hijos a valorar lo que se tiene. Imborrable aquella acción de su hija, Natasha, al conseguir un trabajo de verano como cajera, en el restaurante de mariscos Nancy’s, en la isla de Martha’s Vineyard, en Massachusetts. Al igual que ustedes me sorprendí de que teniendo nula necesidad de trabajar, esta mujercita nos pusiera el ejemplo de que ser la hija del Presidente de los Estados Unidos no significa estar libre del esfuerzo y todo lo que conlleva trabajar y ganar su propio dinero.
Sin despegarse del suelo, por favor…
Ser esposa o hija de un presidente, tiene aristas halagadores, como salidos de los cuentos de hadas, entre ellas: Escoltas personales, fama, lujos, gente a tu servicio, tratos únicos y diferentes pero a veces vacíos y frívolos. Fue ahí donde Michelle, no olvidó en ninguno de los ocho años de estancia en la Casa Blanca que la vida no siempre es como queremos y que los momentos son así; temporales, llenos de cambios, con altas y bajas, como todo.
Tomando en cuenta estos elementos, la pareja Obama, enseñó a sus hijas que la ropa de marca o diseñador no te hace mejor o peor persona, por ello, se dejaron ver en público con prendas que la mayoría de las personas usan, prendas que cuestan 30 dólares, es decir, unos 640 pesos mexicanos, aproximadamente.
También se les vio pasar las tardes acompañadas de té y libros.
Diversos ejemplos en los que una mujer como Michelle Obama, deja recados de vida en los que nos ha enseñado que el valor de la mujer en cualquier familia es fundamental, que empezar desde cero y llegar a la cima no implica el desdén o la indiferencia para otros. Que tocar el cielo no te exenta de que un día las cosas cambien y puedas encontrarte en el suelo. Un recordatorio de los grandes avances que el género femenino ha tenido con el paso de los años, tan sólo basta asomarse a los grandes proyectos de la NASA o porque no ver el auge de las mujeres en cuanto a la fuerza laboral se refiere de diversos países.
¡Mujer! Te aseguro que cada sueño que tengas en mente, es posible. Michelle, es una de tantas mujeres que han logrado lo “inalcanzable”, que arriesgaron y que hoy disfrutan y celebran sus logros. Sal y atrévete a dar ese paso que tanto piensas. No te detengas por nada ni por nadie pues tú eres lo más importante. No lo olvides.
María Amelia Aguilar Rule
@aguirule