CIUDAD DE MÉXICO,- Las disposiciones o estrategias que buscó implementar la Secretaría de Hacienda con relación a Petróleos Mexicanos se están convirtiendo en enemigos, la empresa ha soportado recortes presupuestarios y su deuda va en aumento y ahora podría perder el dominio sobre un combustible básico para los habitantes del país útil al cocinar sus alimentos y calentar el agua.
Se pensó que la reforma del sector energético, traería algunos beneficios al facilitar a diversas compañías importar gases licuados de petróleo como propano y butano, esas decenas de distribuidores que en el pasado construyeron redes de transporte para Pemex ahora pueden transportar su propio propano importado, hecho que excluye a Pemex de la cadena de suministro.
En los primeros seis meses de 2016, cuando las importaciones de GLP aumentaron 43 por ciento a 25 millones de barriles, las importaciones de Pemex se desplomaron 28 por ciento a 12.6 millones de barriles. Y aunque la compañía ha reducido sus precios y aumentado la cantidad de propano que produce para seguir siendo competitiva, los analistas dicen que se enfrenta a tiempos difíciles para contener a los productores independientes que ya operan en las colonias locales.
Con esto el papel de Pemex como importador, se desvanecerá, la reforma energética en el GLP alcanza un efecto importante y se condena a no participar en el mercado a largo plazo.
El cambio se produce en un momento en que la demanda de GLP en México probablemente crezca un 7 por ciento este año a 300 mil barriles por día, según Andrew Echlin, analista de productos derivados del petróleo para Energy Aspects Ltd., una empresa de investigación. Pemex, por su parte, no está en condiciones de aprovechar las circunstancias después de reportar insuficiencias en su flujo de caja por tres años consecutivos, y este año el déficit aumentó a un monto récord de 22 mil millones de dólares, de acuerdo con datos y cálculos compilados por Bloomberg.
La deuda total de la empresa se disparó a casi 100 mil millones, y ha resistido recortes de 162 mil millones de pesos en su presupuesto en los últimos dos años. Los déficits, que significan que la empresa está gastando más de lo que gana con sus operaciones, complicarán aún más los esfuerzos del director general de la empresa, José Antonio González, para buscar sociedades, estabilizar la producción y mejorar las refinerías en crisis.
Y lo que es peor, la experiencia de Pemex en el propano podría repetirse en los productos refinados, de acuerdo con Echlin. «GLP fue uno de los primeros productos en liberalizarse», dijo. «Por lo tanto, no sería sorprendente que le pase lo mismo a Pemex en los mercados de gasolina y diésel».
Ahora México obtiene casi todo su GLP de Estados Unidos, donde el propano cotiza cerca de mínimos de varios años. En los últimos tres años, los precios han caído a más de la mitad. El resultado: los consumidores mexicanos se están beneficiando.
La semana pasada, el gobierno redujo los precios del GLP en un promedio del 10 por ciento para reflejar el menor precio internacional. Y aunque el gas natural de Estados Unidos podría desplazar al GLP en áreas más desarrolladas más adelante este año, «hay grandes segmentos rurales sin acceso al gas que se beneficiarán del GLP barato», dijo Echlin.
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