MÉRIDA, YUCATÁN.- En el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), tiene lugar, bajo la tutela de Juan Valerio Cauich Rodríguez, el desarrollo de polímeros con aplicaciones médicas.
Entre algunos de las principales investigaciones, llaman la atención los cementos óseos metacrílicos con refuerzos bioactivos, los hidrogeles para la liberación controlada de fármacos, la elaboración de materiales compuestos para prótesis de pacientes amputados y los polímeros con aplicaciones cardiovasculares.
Cauich Rodríguez, se desempeña en la ingeniería de tejidos (o ingeniería tisular), una de las áreas más prometedoras de la investigación biomédica para el tratamiento de patologías congénitas o adquiridas en pacientes neonatos y adultos.
Desde su punto de vista, la ingeniería de tejidos combina tres elementos fundamentales: un material, un soporte biodegradable donde se siembran las células adecuadas y los estímulos mecánicos que permiten el desarrollo de un tejido saludable, nuevo y funcional. Un campo que tiene gran futuro por ejemplo, en el tratamiento de personas que han sufrido graves quemaduras en sus cuerpos, o aquellas que a consecuencia de un accidente, son víctimas de un fuerte traumatismo el cual daña tejido u órganos.
Así, cuando no se pueden tratar estos cosos por medio de sustitutos naturales, se recurre a los materiales sintéticos y es donde entra en acción la ingeniería de tejidos, con la finalidad de e el caso de la piel, reestablecerla de manera funcional, con glándulas, con folículos pilosos, con toda una serie de elementos necesarios.
Finalmente, hay que destacar que la ingeniería de tejidos no tiene una fecha propia de nacimiento, pero hay alguna publicación más o menos de alrededor de 1986 donde se empiezan a manejar estos conceptos. La combinación de estos elementos es mucho después. Un ejemplo clásico es donde ponen una oreja en la espalda de un ratón, eso es lo que ilustra esta interacción y la posibilidad de crecer un órgano o tejido.
jcrh