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Resumen 2016: UNAM, su valor como patrimonio cultural

Resumen 2016: UNAM, su valor como patrimonio cultural

CIUDAD DE MÉXICO.-  Construido entre 1949 y 1952, el Campus Central de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es resultado de la labor de 60 arquitectos, ingenieros y artistas que trabajaron en torno al plan maestro del urbanista mexicano Mario Pani (1911-1993) y del arquitecto Enrique del Moral (1905-1987).

No por nada, fue designado como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), el 23 de junio de 2007.

De acuerdo con Fundación UNAM, el proyecto encabezado por el arquitecto mexicano Carlos Lazo (1914-1955) comprende tres grandes zonas que son: el Estadio Olímpico, la Zona Escolar y los Campos Deportivos.



Con 733 hectáreas de las cuales sólo 176.5 están inscritas en la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO; el Campus Central de la máxima casa de estudios da cuenta del movimiento artístico que surgió en 1950; muestra de ello son las 11 ilustraciones exteriores que forman parte del paisaje de la universidad.

Las obras del pintor mexicano David Alfaro Siqueiros (1896-1974), en la Torre de Rectoría; la presencia del arquitecto Juan O´Gorman en la Biblioteca Central (1905-1982); y los murales del artista Diego Rivera en el Estadio Olímpico, forman parte de los espacios culturales que le pertenecen al mundo.

Además, con la participación del artista plástico José Chávez Morado (1909-2002) y del escultor Francisco Eppens Helguera (1913-1990), el muralismo también invadió los auditorios de Ciudad Universitaria.

El patrimonio cultural que tiene a cargo la Universidad Nacional Autónoma de México es considerado el segundo acervo más importante y extenso del país. Por ello, la Dirección General del Patronato Universitario (DGPU), es la instancia indicada para vigilar la conservación y reproducción de estos bienes.



Para tener control sobre las obras de arte, el sitio www.patrimonio.unam.mx, señala que la DGPU es la única instancia que cuenta con la facultad de autorizar y tramitar el movimiento de bienes, que forman parte del Patrimonio Cultural universitario.

En colaboración con el Patronato Universitario, a través del Fondo para el Fortalecimiento del Acervo Cultural, la DGPU también es encargada de autorizar las labores de conservación y restauración de los bienes que lo requieran.

En tanto, el Patronato Universitario como responsable de mantener en buen estado todo el patrimonio de la máxima casa de estudios del país, contrata anualmente las pólizas que protejan dichos bienes, ya sea en territorio nacional o internacional.

Cabe señalar, que todas las dependencias y entidades universitarias, podrán tener bajo su custodia bienes culturales para exhibirlos, siempre y cuando las condiciones del espacio sean óptimas.

Por otro lado, la institución universitaria también cuenta con importantes recintos culturales que han resguardado diversas expresiones artísticas a lo largo del tiempo. Tal es el caso del Antiguo Colegio de San Ildefonso, el cual forma parte del patrimonio universitario, además de ser un importante edificio que viste el Centro Histórico de la Ciudad de México.

Nació de la fusión del Colegio Máximo de San Pedro y San Pablo, junto con los seminarios San Pedro y San Pablo, San Bernardo, San Miguel y San Gregorio, a cargo de jesuitas establecidos en México.

El nombre brindado al recinto fue en honor al Santo Arzobispo de Toledo y en 1618 empezó a funcionar bajo el Patronato Real otorgado por Felipe III, estableciéndose así el Real y más Antiguo Colegio de San Ildefonso.

Después de la expulsión de los jesuitas, decretada por el rey Carlos III en 1767, el edificio fungió como cuartel de un batallón del Regimiento de Flandes, colegio administrado por el gobierno virreinal y dirigido por el clero secular, sede temporal de la Escuela de Jurisprudencia.

En dicho recinto también se alojaron algunas cátedras de la Escuela de Medicina además de ser cuartel de las tropas norteamericanas y francesas en 1847 y 1862.

La construcción cuenta con tres niveles y se compone de dos áreas: la primera pertenece al periodo barroco y cuenta con tres patios, es, además, una edificación de mampostería con arcadas sobre pilastras y fachadas recubiertas con tezontle y sus marcos y cornisas son de cantera.

En 1867, el edificio fue habilitando para la que sería la primera sede de la Escuela Nacional Preparatoria, en la capilla y sacristía se instaló la biblioteca, se adaptaron espacios para laboratorios y se construyó un observatorio aproximadamente hasta mediados del siglo XX.

En la actualidad, el Antiguo Colegio de San Idelfonso ha logrado albergar importantes exposiciones de artistas nacionales internacionales, promoviendo así la difusión de la cultura y el arte en México.

Por otro parte, el 15 de septiembre de 1959 surgió la Casa del Lago Juan José Arreola como centro cultural de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Como parte de los trabajos de remodelación del Bosque de Chapultepec, con motivo del centenario de la Independencia de México, en 1906 comenzó la construcción del Club del automóvil de estilo francés, aprobado en su momento por la Secretaría de Gobernación.

Tras el triunfo de la Revolución, el gobierno del presidente Gustavo A. Madero, tomó la sede del Club del automóvil y lo convirtió en propiedad de la Nación y le dio el nombre de Casa del Lago.

Las instalaciones en algún momento sirvieron como oficinas generales de la Dirección y Administración del Bosque de Chapultepec, e inclusive Adolfo de la Huerta, siendo Secretario de Hacienda y Crédito Público, estableció ahí su residencia particular.

Los sótanos del recinto fueron ocupados por la Dirección de Estudios Biológicos de la Secretaría de Agricultura y Fomento para instalar ahí una importante biblioteca así como el Herbario Nacional.

Posterior al decreto de Autonomía Universitaria en 1959, el entonces rector Nabor Carrillo y el maestro Jaime García Terrés, director de Difusión Cultural de la UNAM, promovieron que el edificio funcionara como el primer centro cultural fuera de Ciudad Universitaria.

Como resultado de lo anterior, en el mismo año, el escritor Juan José Arreola fue nombrado primer coordinador de la Casa del Lago, logrando reunir a importantes artistas que se encargaron de dar contenido y vida al recinto.

De acuerdo con datos del portal web del recinto, desde su fundación, Casa del Lago se convirtió en un emblemático lugar para la escena artística en la Ciudad de México. El destacado escritor Juan José Arreola fue pieza fundamental para el desarrollo de las actividades de dicha sede cultural por lo que actualmente lleva su nombre.

Otro de los recintos que destacan por su valor arquitectónico así como por su historia es el Museo Universitario del Chopo, el cual desde 1929, forma parte del patrimonio cultural de la máxima casa de estudios. La estructura fue construida en 1902 y fue diseñada por Bruno Möhring y estaba destinada a ser cuarto de máquinas de la metalúrgica Gutehoffnungshütte en Alemania.

El portal oficial en internet del museo señala que la arquitectura del edificio forma parte del estilo Art Nouveau o Modernismo. Además para dar a los edificios solidez y conservar su ligereza, se incorporó el tabique sin recubrimiento con el fin de lograr una impresión de mayor peso a las estructuras creadas con cristal.

La Compañía Mexicana de Exposición Permanente compró tres de las cuatro salas de exhibición del colosal edificio de Möhring, la estructura llegó a la antigua estación de Buenavista.

Finalmente, la gran sala fue instalada en 1903, debido a que sus estructuras de hierro parecían campanarios y el pórtico era espectacular, las personas que pasaban frente a ella, creían que se trataba de una nueva catedral.

La estructura comenzó a ser llamada por las personas que habitaban en la zona como El Palacio de Cristal y debido a que la industria mexicana no se había desarrollado aún, el edificio no pudo cumplir con su objetivo que era realizar en ella, exposiciones comerciales de productos industriales y artísticos.

En 1913 fue inaugurado en dicho recinto el Museo de Historia Natural, el cual también fue el primer museo nacional dedicado a las ciencias naturales y gracias a las actividades de investigación, recolección y divulgación científica, se convirtió en eje de la museística mexicana.

Debido al deterioro del edificio, en 1964 el museo cerró sus puertas y su colección fue distribuida entre el Museo de Historia Natural de Chapultepec, el Museo de Geología así como en institutos, escuelas y facultades de la UNAM.

Para 1969, el recinto se encontraba en un completo abandono, por lo que se consideró la venta del mismo, sin embargo, gracias al surgimiento de la Ley de Monumentos Artísticos e Históricos, se logró que la UNAM continuara con su protección.

Las condiciones en las que se encontraba la edificación sirvieron para que en ella se rodaran dos películas en 1971, «La mansión de la locura», de Juan José Arreola, así como «El Perro».

A partir de 1973 se iniciaron trabajos de restauración del inmueble y en 1975 el rector Guillermo Soberón inauguró lo que hoy se conoce como el Museo Universitario del Chopo, delegando la gestión de actividades a la escritora Elene Urrutia.

En el mismo recinto en 1977 se inauguró el Cinematógrafo del Chopo con un ciclo dedicado a Jean-Luc Godard. El éxito de este proyecto ha permitido que siga en funcionamiento, al participar en la Muestra Internacional de Cine y el Festival de Verano.

En 2006 y 2007, el Museo del Chopo renovó su edificio mediante una intervención del arquitecto Enrique Norten, ejecutada por la Coordinación de Proyectos Especiales de la UNAM, a cargo del arquitecto Felipe Leal.

En la actualidad, el Museo Universitario del Chopo es un referente importante para el desarrollo de expresiones multidisciplinarias enfocadas principalmente al público joven.

Otros de los recintos culturales que forman parte del patrimonio de la UNAM, son: el Palacio de la Autonomía, Academia de San Carlos, Antigua Escuela de Jurisprudencia, Casa Universitaria del Libro, Museo de Geología, Palacio de la Escuela de Medicina, Palacio de Minería y el Real Seminario de Minas.

con información de Notimex

jcrh