ESTADOS UNIDOS.- Un robot para limpiar el hogar, suena demasiado bien… ¿cierto? Sin embargo, ¿qué se necesita para lograrlo? De acuerdo con diferentes programadores, algo básico sería tener casa más simples.
Y es que las máquinas tendrían que analizar los tipos de desorden de una casa, formular y ejecutar un plan para la limpieza de cada habitación, así como aprender a gestionar eventos inesperados.
De acuerdo con Maya Cakmak, profesora adjunta de ciencias informáticas e ingeniería de la Universidad de Washington, «la limpieza es diferente de cualquier otra tarea en la que hayamos pensado en el mundo de la robótica, que normalmente [ha] requerido manipular objetos o moverlos de un lugar a otro».
El año pasado, Cakmak obtuvo una subvención por valor de 400.000 dólares de tres años de la Iniciativa Nacional de Robótica de Estados Unidos, otorgada por la Fundación Nacional de Ciencia de EEUU, para investigar sobre el desarrollo de un robot de limpieza.
Para la experta, conseguir que un robot limpie supone mucho más que simplemente lograr que use una herramienta sobre una superficie.
«Hay que tener en cuenta el ángulo, la fuerza que se ejerce y la presión que se aplica, lo rápido que se mueve, cuánto se mueve, e incluso la orientación [de la herramienta] en relación a la suciedad», explica.
Un robot también tendría que ajustar la curvatura en superficies con baldosas frente al suelo liso. Sin olvidar elegir la herramienta apropiada para cada tipo de suciedad: una esponja para recoger zumo derramado, un plumero para las estanterías y un cepillo duro para retirar los restos de jabón de la ducha.
Cakmak intenta que todo esto sea posible. Para entrenar los robots en su laboratorio, utiliza una técnica denominada «programación por demostración». Se basa en que la máquina imita los movimientos de un investigador que muestra la técnica para que el sistema de visión del robot la asimile. Ha pasado casi un año desde que le concedieron la beca de tres años, y Cakmak y sus estudiantes de posgrado están realizando diferentes sesiones de entrenamiento robótico con cristales de acuario coloreados como «suciedad de prueba».
Durante estas pruebas, el robot utiliza una gran variedad de accesorios de limpieza, desde una escoba hasta un plumero. Cakmak quiere conseguir que el robot extrapole los movimientos de limpieza a partir de ejemplos humanos, y también pretende que identifique el «nivel de suciedad» antes y después de la limpieza.
Cakmak opina que los robots domésticos no podrán ser realmente autónomos hasta que rediseñemos nuestras casas para simplificarlas para los robots. Por ejemplo, los pasillos largos necesitarían marcas que el robot pudiese leer con fines de geolocalización. También considera que, si queremos que los robots domésticos sean algo generalizado, es necesario que los usuarios puedan hackearlos, puesto que cada hogar es diferente.
Para lograr este objetivo, Cakmak trabaja para simplificar la tarea de programación de los robots, incluso para personas sin conocimientos técnicos.
con información de la Universidad de Washington
jcrh