CIUDAD DE MÉXICO.- Jesús Savage Carmona, de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM y responsable del Laboratorio de Bio.Robótica, calcula que en 30 años, la humanidad estaría en posibilidad de crear robots con inteligencia artificial, capaces de atender a las personas en diversos escenarios. Es decir, un autómata habilitado para ayudar en tareas del hogar o, si está en un hospital, realizar diagnósticos acertados.
¿Podría un robot tener conciencia propia? Para Savage, primero se debe definir este concepto. ¿Lo tienen las arañas? ¿Posee más un gato o un perro? Una forma pragmática de concebirla es como un monitor en el cerebro al que se le reportan lo que otros de sus módulos hacen.
“Algunos creyentes aseguran que ésta se relaciona con el alma y que se encuentra separada del cuerpo. A mi parecer, cualquier creación del hombre cuyo objetivo sea insuflar conciencia en un ser inanimado será algo diferente porque nunca sabremos si en verdad tiene esa característica. Un ente así, como muestra el cine o la literatura, podría lograrse dentro de dos siglos y nos falta mucho para eso”, refirió.
En la UNAM se investiga sobre IA en la Facultad de Ciencias, el Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas y en la FI. En esta última se localiza BioRobotics UNAM, donde se desarrollan prototipos para lograr que un autómata auxilie a los humanos en casas, escuelas u hospitales, entre otros entornos. El primero con el que trabajaron llegó en 1996 y lo compraron a una empresa estadunidense. “A partir de entonces comenzamos a armar los nuestros, como el TX8, creado por nuestros alumnos. A éste le seguiría el TPR8 o TeParacho (por haber sido construido en colaboración con la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, en Paracho)”.
Más tarde vinieron PAC-ITO, AL-ITA y Justina, el primer robot asistencial de la UNAM, que ha viajado por el mundo para intervenir en competencias, detalló.
En la Francia del siglo XVII aparecieron unos juguetes llamados autómatas y en los años 40 del siglo pasado Alan Turing, científico inglés, propuso una máquina que lleva su apellido y resolvía problemas mediante algoritmos.
Para la siguiente década surgieron las primeras computadoras y en Inglaterra se hizo un programa para jugar damas chinas (que comenzó a utilizar conceptos de IA). En esa época se acuñó el término inteligencia artificial en el Dartmouth College de Estados Unidos.
Entonces, un grupo de científicos vaticinó que en menos de 10 lustros un programa de computadora vencería a un gran maestro del ajedrez; esto pasó en 1997 cuando la computadora Deep Blue, creada por IBM, derrotó a Garri Kaspárov.
En México hay varios centros de investigación, institutos y universidades que desarrollan IA, como el Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica, en Puebla, y el Centro de Investigaciones y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional.
Hoy en día, esas técnicas se usan cotidianamente al realizar búsquedas en Google o al navegar por Facebook o Twitter, pues para su funcionamiento estos sitios emplean agentes inteligentes que analizan la conducta del usuario para ofrecerle sugerencias o solucionarle problemas, finalizó.
con información de la UNAM
jcrh