CIUDAD DE MÉXICO,- Adrián Fernández Bremauntz presidente de la Asociación Civil Iniciativa Climática de México establece que en México las gasolinas de mala calidad son causa de contaminación, el presidente del organismo comunicó ante los legisladores que el problema «no radica en lo que se importa» sino en la gasolina que se produce en el país, pues la NOM permite un contenido de azufre de 30 a 80 partes por millón promedio, cuando en otras partes del mundo se autoriza máximo 15 partes por millón.
Por tanto, ¿qué es lo aconsejable?, que las autoridades se encarguen de verificar la calidad de los combustibles que importa y vigilar lo que entregan las refinerías del país. En reunión de trabajo con legisladores de las comisiones de la Ciudad de México y del Medio Ambiente y Recursos Naturales, se requiere contar con los laboratorios para analizar los vehículos que ingresan al mercado mexicano o los que fabrican en el país no permitir que se vendan con tecnologías obsoletas.
La medida permitiría no proteger nichos de mercado de las compañías, además de obligarles a conocer el rendimiento de kilometraje por cada litro de gasolina, como ocurría hace 15 años y que se dejó de hacer. Esto desde luego deja mal paradas a las autoridades que profesaron que la alta contaminación no es por la gasolina.
Hace quince años se negoció con Pemex y la Secretaría de Energía que el diésel con bajo contenido de azufre era una exigencia, pese a que se hizo por etapas en las zonas metropolitanas y fronterizas, ignoraron la disposición. Esto se considera un atentado al permitir que camiones de carga y autobuses de pasajeros estuvieran en uso con más de una década de retraso tecnológico, hace 20 años, a nivel internacional, se desarrollaron nuevos motores y equipo de control de emisiones, considerando que se requerían combustibles más limpios.
Sostuvo que «todavía no podemos comprar diésel con menor azufre, porque no está disponible. Ese es uno de los crímenes ambientales más grandes que hemos hecho” por la dilación en los ajustes tecnológicos», subrayó. En materia de combustibles falta capacidad de refinación para lograrlo.
Por ello sugirió al gobierno capitalino volver a emitir la calcomanía Doble Cero para automotores nuevos, ya que sería un incentivo para renovar la flota vehicular. Advirtió que la nueva norma de verificación vehicular emergente «tendrá límites más estrictos de emisión de contaminantes».
También explicó que se incorporará la lectura del OBD2, relativa a un diagnóstico a bordo, con una toma de medición de la computadora del vehículo, incorporada a partir de los modelos 2006; persistirá la acostumbrada prueba dinámica en rodillos, y habrá sensores remotos en las vías de tránsito.
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