LONDRES, INGLATERRA.- A todas las afectaciones físicas y psicológicas que se le atribuyen a los teléfonos inteligentes, podemos sumarle una: agrandamiento del dedo pulgar de la mano con que se digita en el smartphone.

Este fenómeno, puede llegar a volverlo hasta un 115 por ciento más grande, que el pulgar de la otra mano, como consecuencia de horas y horas de uso de las pantallas táctiles.

Los afectados -según un sondeo de la compañía telefónica inglesa 02, que consultó a 2.000 personas- serían hasta el 5 por ciento de los británicos, según reportó el Mirror.

Este nuevo problema es sucesor del «cuello de SMS», la particular postura con la cabeza inclinada que se toma cuando se usa el smartphone para enviar mensajes, y el síndrome de las «vibraciones fantasma», por el cual se oye vibrar el celular aunque no sea cierto.

El cambio físico fue notado sobre todo entre los jóvenes de 18 a 35 años: uno de cada ocho (13 por ciento) al parecer desarrolló el problema. Y no sólo esto: son millones los que desarrollaron una «regresión» del meñique por el modo en que manejan el celular.

jcrh