WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS.- No cabe duda, Donald Trump ve «moros con tranchetes» por todas partes. En el capítulo más reciente de su distorsión de la realidad, este sábado acusó al expresidente Barack Obama de intervenir sus comunicaciones en octubre, en las últimas etapas de la campaña por la presidencia. Sin embargo, como regularmente ocurre con sus declaraciones, no entregó evidencias que sustentasen la declaración.
Qué bajo ha ido el presidente Obama al pinchar mis teléfonos durante el sagrado proceso electoral. Es Nixon/Watergate. ¡Tipo malo (o enfermo)!», escribió Trump en su cuenta de Twitter el sábado.
Esta podría ser una más de las maniobras de distracción del mandatario, cuyo gobierno se ha visto presionado por el FBI y por investigaciones en el Congreso sobre los contactos entre algunos miembros de su equipo de campaña y funcionarios rusos durante su campaña.
En diciembre, Obama impuso sanciones a Rusia y ordenó la expulsión de diplomáticos de ese país que Washington cree estuvieron involucrados en los ciberataques a grupos políticos en la elección presidencial de noviembre.
En febrero, el asesor de seguridad nacional Michael Flynn, Flynn dimitió tras conocerse que había discutido las sanciones estadounidenses contra Rusia con el embajador de ese país en Estados Unidos antes de que Trump asumiera el cargo. Posteriormente engañó al vicepresidente Mike Pence sobre los diálogos.
jcrh