POLONIA.- El Papa Francisco, durante su visita al campo de concentración de Auschwitz en Polonia, rezó por los 1.5 millones de personas en su mayoría judías, que fueron asesinadas en las cámaras de gas de los nazis, durante la Segunda Guerra Mundial.
El Sumo Pontífice, estuvo algunos minutos hablando en voz baja e intercambiando regalos con alrededor de 12 sobrevivientes de Auschwitz, incluyendo a una mujer de 101 años.
Uno de los sobrevivientes le dio al Papa una fotografía en la que aparecía rodeado por otros prisioneros en un catre y le pidió que la firmara. El Papa besó a cada sobreviviente.
El argentino de 79 años no formuló comentarios mientras caminaba por los pasillos apenas iluminados del edificio de ladrillos del Bloque 11 de Auschwitz, que albergaba a prisioneros seleccionados para castigos especiales.
Antes del viaje, el Papa dijo que había llegado a la conclusión de que la oración silenciosa era la mejor forma de rendir homenaje a los muertos.
Francisco visitó la celda subterránea donde hace 75 años murió el monje franciscano Maksymilian Kolbe después de ofrecer su vida para salvar a un polaco al que los encargados de manejar el lugar habían seleccionado para que muriera de hambre.
Kolbe se ofreció a morir en lugar del prisionero Franciszek Gajowniczek. Posteriormente murió por una inyección letal, pero el hombre al que salvó sobrevivió la guerra. El entonces Papa Juan Pablo II, un polaco, convirtió en santo a Kolbe en 1982.
En el libro conmemorativo de Auschwitz, el Papa escribió en castellano: «Señor, ten piedad de tu pueblo. Señor, perdón por tanta crueldad».
Fuerzas de ocupación alemanas levantaron el campo de Auschwitz-Birkenau durante la Segunda Guerra Mundial en Oswiecim, un poblado ubicado a unos 70 kilómetros de la segunda ciudad más grande de Polonia, Cracovia, en el sur del país.
Entre 1940 y 1945, Auschwitz se convirtió en un gran complejo de barracas militares, talleres, cámaras de gas y un crematorio. El campo de concentración fue liberado por el Ejército Rojo de la Unión Soviética el 27 de enero de 1945.
Durante una visita a la sinagoga en Roma en enero, Francisco llamó a los católicos a rechazar el antisemitismo y dijo que el Holocausto, en que murieron seis millones de judíos, debería recordar a todos que los derechos humanos deben ser defendidos.
jcrh