Adele Laurie Blue Adkins, tiene todo para confirmar su condición de gran redentora de la industria de la música. Celebrada en el 2007 como «la nueva Amy Winehouse», los críticos empiezan a considerar ya a Adele como la mayor exportación musical de las islas británicas desde los tiempos de los Beatles (con el permiso de Bowie y Sir Elton John).

Poseedora de una voz reconocible, ha ascendido al tope en pocos años y recientemente fue catalogada como una de las cantantes mejor pagadas en la industria de la música al firmar un contrato multimillonario con Sony Music.

Además, ha ganado más de 10 premios Grammy y el año pasado su álbum “25” la llevó a ser galardonada como “Top Female Artist”.

La cantante se ha ganado el afecto de millones de fans en todo el mundo. Sin embargo, en una de sus más recientes presentaciones en Italia la multitud quedó paralizada cuando Adele regañó en público durante su presentación a una fan que filmaba el espectáculo mientras disfrutaba del evento. Adele le reclamó severamente y le recordó que estaba en un show en vivo, que dejara de grabar y se dedicara a disfrutar del concierto. Acto seguido, entre la conmoción, la joven cantante se dio media vuelta y retomó su concierto.

Las críticas definitivamente no se han hecho esperar y en pocas horas muchos ya dicen que Adele ha explotado contra sus fans justo como lo hizo últimamente Justin Bieber o como lo hiciera anteriormente Jennifer Lawrence al reclamar a un reportero por usar su celular. Hay una especie de patrón y algunos opinan que los nervios y las ínfulas de superioridad están llevando a muchos artistas jóvenes a explotar desproporcionadamente contra actos tan sencillos como grabar un concierto.

Por otro lado, hay quienes aseguran que la cantante no tiene moral para exigir ni regañar a sus fans después de haber olvidado la letra de su propia canción durante un concierto hace pocos días. Es como cometer un error ortográfico en una empresa de diseño de logos.

La cantante respondió a su olvido como si no era gran cosa y retomó en poco tiempo, pero muchos fans quedaron ofendidos por su falta. Definitivamente quienes catalogan a Adele como arrogante tienen buenas razones para hacerlo ahora. Sin embargo, muchos siguen queriéndola como el primer día y sigue siendo una mujer sumamente talentosa.

Por otro, señalemos que el pasado 20 de noviembre lanzó su tercer disco de estudio, 25 (el número de cada título representa la edad en que lo empezó a componer), del cual se desprende el éxito Hello, y en una semana volvió a romper récords: la cifra oficial en Estados Unidos fue de 3.8 millones de unidades, mientras que en el Reino Unido, de 800 mil. Madonna no ha podido alcanzar las 700 mil copias de su último trabajo, «Rebel Heart».

Con estos números, le quitó el récord en Reino Unido al «Be Here Now», de Oasis, y en Estados Unidos al «No Strings Attached», de NSYNC. La clave de su celebridad es, quizá, su actitud poco identificada con el sistema, por la que la prensa internacional la ha llamado la “pop star anti pop star”.

Mucho de este nombramiento, tiene que ver con la apariencia de mujer adulta contemporánea, seria, modosa, con vestidos aseñorados, algo que le ha ganado la empatía de la gente. Adele da la imagen de que podría ser cualquier mujer.

Cuando en 2012, el diseñador Karl Lagerfeld -amante de las modelos anoréxicas- dijo que estaba gorda, ella le respondió a través de la revista People: “No voy a perder peso porque alguien me diga que lo haga. Yo hago música para ser un músico, no para aparecer en la portada de Playboy. Represento a la mayoría de las mujeres y estoy muy orgullosa de ello”.

Sin embargo, para su más reciente disco adelgazó 68 kilos gracias a una dieta vegetariana; también dejó de comer alimentos procesados y refrescos.

Finalmente, no podemos dejar de lado ni olvidar que Adele saltó a la fama a nivel internacional con su primer sencillo “Rolling in the deep”, de su segundo álbum discográfico “21”. En sus líneas, la británica le canta al desamor, tras la triste ruptura con su pareja, el fotográfo Alex Sturrock en abril de 2009.

Adele y Alex se conocieron por amigos en común, mantuvieron una intensa relación durante un año, incluso llegaron a vivir juntos en Londres. De acuerdo con la propia Adele, la relación terminó a causa de que Sturrock evitaba llamarle por novia y simplemente él no sentía cómodo junto a ella.

Con los sentimientos encontrados, tres horas después de la ruptura, Adele escribió la canción. La cantante aseguró en diferentes medios de comunicación que previamente tuvo una discusión con su exnovio en la que fue muy insultada, por ello la dureza de los versos de “Rolling in the deep”.

Desde su lanzamiento en noviembre de 2010, la canción obtuvo gran aceptación por parte del público, lo que la llevó a ser acreedora de tres premios Grammy en 2012: canción del año, grabación del año y mejor video musical de formato corto; así como un sin fin de reconocimientos más por parte de MTV, Q Awards, UK Video Music Awards, entre otros.

jcrh