Trump ha insistido, desde que era candidato, que los déficits comerciales de su país con otras naciones provocan desempleo y la destrucción de las empresas norteamericanas, por lo que ha empezado un proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio con México y Canadá (TLCAN) para obtener lo que denomina un “comercio justo”.
Aunque el déficit comercial que Estados Unidos tiene con el resto del mundo es elevado, ya que el año pasado fue de 500 mil millones de dólares, la gran mayoría lo tiene con China, al ser de 447 mil millones de dólares, mientras que con México, Alemania y Japón fue menor a los 65 mil millones de dólares con cada uno. Resalta que el monto del déficit con México representa solo el 2.3% de sus importaciones totales y el 0.2% de su PIB, porcentajes que no son de gran relevancia.
Hay que destacar que los Estados Unidos han tenido un desequilibrio comercial desde hace cuatro décadas, lo cual no les ha impedido generar los ciclos de mayor crecimiento de su historia, sino podría ser lo contrario, estos pueden ser resultado de ese dinamismo. El tomar en cuenta el déficit comercial es una visión incompleta de la relación de los países entre sí, porque se refiere solo al intercambio de mercancías, sin considerar los movimientos de capitales y de los servicios que pueden ser igual o mayores a los comerciales.
Así, los Estados Unidos es un exportador neto de servicios al resto del mundo, con cerca de 250 mil millones de dólares el año pasado, lo que reduce la magnitud del desequilibrio de la balanza de cuenta corriente, que es diferente de la balanza comercial. A este monto habría que agregar los movimientos de capitales, en el cual esa nación destaca sobre las demás.
La razón por la que un país tiene un desequilibrio comercial es que su demanda total interna por bienes es mayor que la oferta interna total, esto es por lo que se produce en el país. Como resultado los consumidores, inversionistas y gobierno adquieren en el exterior el faltante que solicitan. En caso de que no puedan hacerlo así, los precios internos se elevaran hasta que se equilibren la demanda y la oferta, trayendo como efecto un aumento en la inflación que reduciría el ingreso real de los consumidores. El permitir la existencia del desequilibrio comercial permite que la inflación sea menor que en una situación de economía cerrada.
Una demanda interna mayor que la oferta interna puede derivar de varios causas, siendo las más comunes un déficit de las finanzas públicas, esto es el gobierno gasta más de sus ingresos; otro es que el consumo privado sea más elevado que el ingreso de las personas. En ambos casos tienen como punto común que existe un endeudamiento interno. Otra causa es que la inversión interna sea más elevada que los recursos financieros disponibles, esto es hay un faltante en el ahorro interno. Al igual que los casos anteriores resulta en un incremento de la deuda, misma que se financia con recursos del exterior. En todos los casos existe un faltante de ahorro interno, que tiene que complementarse con mayor endeudamiento externo.
En conclusión, mientras la demanda interna por bienes sea mayor que la oferta de los bienes que se producen dentro del país existirá un aumento de las importaciones, mismo que se reflejará como un desequilibrio comercial. Frenar las importaciones de un sector específico de un país determinado, sin corregir la causa original solo hará que se sigan trayendo productos de otros lugares, incluso a un mayor precio perjudicando a los consumidores. Es como cuando el médico solo atiende los síntomas de una enfermedad (fiebre), pero sin tratar la enfermedad (la infección en el cuerpo). La situación no solo no mejorará, sino es previsible que empeorará en el futuro.
En el caso de los Estados Unidos una renegociación del TLCAN que restrinja las importaciones de México, mientras continúe con un elevado desequilibrio fiscal solo elevará el déficit comercial de ese país con el resto del mundo y probablemente elevará la inflación interna.