ESTADOS UNIDOS,- Estados Unidos quiere ponerse al frente, establecer pautas en torno a una conducción segura, donde el ser humano dejará de jugar un papel esencial a la hora de transportarse de un punto a otro. El Departamento de Transporte junto a la National Highway Traffic Safety Administration (NHTSA), hizo públicas las regulaciones que se deben cumplir en suelo estadounidense.
El propio Barack Obama ha reconocido la necesidad de que el vehículo autónomo esté regulado. Una tecnología que puede mitigar las más de 35.000 muertes al año en carretera en Estados Unidos es más que bienvenida, pero necesita acotarse para que conductores, peatones y vehículos convivan en armonía. Estos son los quince puntos sobre los que se estructura el documento:
Los fabricantes deben ser capaces de registrar todos los movimientos de un vehículo, tanto en su fase de pruebas como cuando circulen en la calle, para estudiar problemas en el funcionamiento de los sistemas, degradaciones o fallos que puedan ayudar a esclarecer un incidente. Esa información debe respetar los acuerdos de privacidad que cada compañía haya acordado con los consumidores.
El documento habla sobre la necesidad de respetar la privacidad de los conductores. Por ello, los fabricantes deberán ser transparentes, ofrecer diferentes opciones sobre la recolección de datos y utilizarlos sólo cuando sea necesario para esclarecer algún asunto importante.
Que los vehículos estén libres de riesgos que puedan poner en peligro a los integrantes del coche o a los peatones. El sistema debe ser capaz de poner al coche en un modo seguro para sus ocupantes incluso cuando se produce un error eléctrico, electrónico, mecánico o del ‘software’.
El Departamento de Transporte estima que la interfaz del vehículo debe ser capaz de informar al ocupante de cinco situaciones: que los sistemas funcionen de manera correcta; que está en modo autónomo; que no está disponible para conducir en modo autónomo; que haya un fallo en el sistema del vehículo o que avise cuando sea necesario que el conductor tome el control del vehículo. También será necesario que el vehículo informe de su rendimiento así como de sus intenciones en la carretera.
Los fabricantes deben desarrollar e incluir nuevas tecnologías que aprovechen la información recogida por los sensores de los coches. El informe avisa a los fabricantes que deben tener muy en cuenta la posibilidad de que otros vehículos se estrellen contra estos vehículos.
Los coches deben atenerse a tras factores al circular: seguridad, mobilidad y legalidad. En algunos casos, no es posible cumplir con los tres por lo que los vehículos deberán ser capaces de resolver esos conflictos. El punto más jugoso habla de la seguridad del conductor respecto a la de otros conductores o peatones. En ese punto, el documento cree que el resultado de ese incidente debería ser aceptable. Para lograrlo, será necesario desarrollar algoritmos que resuelvan estas situaciones y que cuenten con un alto grado de aceptación.
El Departamento de Transporte aconseja que los fabricantes pasen diferentes pruebas para demostrar que sus vehículos autónomos son seguros. Dichas pruebas deberán combinar simulaciones, pruebas en circuitos cerrados así como otras en carreteras y deberán ser llevadas a cabo por fabricantes, proveedores e incluso terceras partes.
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