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El pero de la industria petrolera: los autos eléctricos

El pero de la industria petrolera: los autos eléctricos

OSLO, NORUEGA,-  Pese a estar considerado como uno de los principales productores de petróleo del mundo, Noruega es ahora un terreno de pruebas improbable para los autos eléctricos, gracias a los beneficios fiscales, han salido de la nada para apoderarse de un tercio del mercado de autos nuevos en apenas cinco años.

Para comprobar lo acertado del programa, políticos y líderes empresariales han viajado a Oslo para conocer si la tendencia es más que una moda pasajera. Dirigentes de Volkswagen han comprobado el acerto y ya promete 20 modelos nuevos de autos eléctricos para el 2020.

Noruega es un país diminuto con solo cinco millones de personas, pero el éxito que han tenido aquí los autos eléctricos ha generado una gran pregunta: ¿podría ser que el sistema mundial de transporte esté al borde de una transformación que disminuiría la demanda de petróleo?



Esta pregunta no solo es profunda, sino urgente. Los países se han comprometido a combatir el calentamiento global, lo cual implica reducir de manera considerable las emisiones de dióxido de carbono y otros gases de efecto invernadero para mediados de siglo, dentro de poco más de tres décadas.

Si este es el objetivo, algunos estudios sugieren que no habrá lugar para los autos que queman gasolina o diésel: tendrán que funcionar con electricidad o alguna otra fuente de energía alternativa, y el mismo sistema eléctrico tendrá que ser mucho más limpio.

Los estudios indican que los autos eléctricos deben empezar a tomar el control de la mayor parte del mercado de autos nuevos en la década de 2030 y así se podrían ir convirtiendo en la única opción para la mayoría de las familias. Las principales empresas petroleras y los Estados productores de petróleo, salvo Noruega, han dicho que esto no sucederá.

En otras palabras, como estrategia de negocios, las grandes petroleras están esperando que los líderes políticos no puedan cumplir las metas que se trazaron para limitar el cambio climático, y el mercado de valores parece que está del mismo lado. Noruega, Alemania y Holanda tentativamente hablan de la posibilidad por prohibir la venta de autos nuevos que quemen combustible, semejante prohibición puede surtir efecto antes de 2030.



Si se tienen en cuenta a los híbridos que se conectan, hay más de 20 autos eléctricos en el mercado. Las ventas a nivel mundial están aumentando a un ritmo acelerado: en comparación con el primer trimestre de 2015, dieron un brinco de 49 por ciento en el mismo periodo de 2016, según EV Volumes, una base de datos de seguimiento global.

Sin embargo, este rápido crecimiento se está dando a partir de una base pequeña, y los autos eléctricos siguen representando menos del uno por ciento de todo el parque vehicular. No obstante, si continúa el veloz incremento, no será difícil ver cómo estos autos se convierten en una fuerza perturbadora dentro de unos años. “Parece que estas alteraciones tecnológicas no van a llegar nunca, pero de pronto lo hacen tan rápido que no se les puede seguir el paso”, señaló Rami Syvari, director de ventas internacionales de Fortum Charge & Drive, una empresa que está en la competencia de instalar cargadores para autos en Noruega.

Los dueños de autos eléctricos, a pesar de que aceptan que hay algunos problemas y una pequeña curva de aprendizaje, suelen desbordarse de entusiasmo cuando dicen que sus autos son inherentemente más limpios, mecánicamente más sencillos, más fáciles de mantener y más divertidos de manejar que los autos que queman combustible.

En Noruega, donde la mayoría de la electricidad proviene de represas y no de la quema de combustibles fósiles, los autos son particularmente limpios. Pero aun en países que queman carbón para obtener energía, estos vehículos son tan eficientes que pueden reducir a la mitad las emisiones de gases de efecto invernadero.

Sin embargo, los autos tienen un gran problema: las baterías. Las limitantes de la tecnología disponible para baterías provocan que las distancias que recorren los vehículos también sean limitadas: lo más común es que anden a menos de 160 kilómetros.

Por ejemplo, General Motors está a punto de presentar el Bolt, un vehículo con puerta trasera (o hatchback, que tiene aspecto de auto deportivo y promete recorrer 383 kilómetros: cuatro horas ininterrumpidas de carretera.

Se espera que los autos nuevos cuesten menos de 40.000 dólares, o 36.000 euros, y que en muchos lugares de Estados Unidos los créditos tributarios estatales y federales los dejen en menos de 30.000 dólares. La expectativa es que también podrán arrendarse por 200 dólares al mes, además de que en casi todas partes la electricidad es mucho más barata que la cantidad equivalente de gasolina.

En todo el mundo hay señales de que una parte importante de la gente quiere probar estos autos.

Tesla, la automotriz naciente que dirige Elon Musk, está prometiendo un auto con especificaciones similares a las del Bolt de Chevrolet, pero con un diseño más vistoso, que estaría saliendo al mercado en 2017. Para sorpresa de la industria automotora, cerca de medio millón de personas ya han dado depósitos de mil dólares con la esperanza de poder conducirlo.

Pero Noruega está logrando salir de este atolladero, tanto con dinero público como con una fuerte inversión privada, para que haya estaciones a lo largo y ancho del país. California está avanzando también. Nueva York está a punto de hacer un gran esfuerzo para promover más autos eléctricos y cargadores, y Massachusetts ya lo está haciendo.

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