CIUDAD DE MÉXICO,- Publicitar los ‘beneficios’ de productos no petroleros, no significa que la situación en México se resuelva, en especial para el año venidero en donde se advierte la economía se moverá en un rango de crecimiento bajo además de hallarse latente una posible recesión en opinión de la calificadora HR Ratings.
El efecto Trump es uno de los factores adversos, la economía de Estados Unidos extendería sus beneficios a México en un entorno normal pero en vista de los acontecimientos, se debe aguardar el proceso de las negociaciones comerciales y sus resultados además de saber cuándo entrarán en vigor, respecto de las expectativas para México en 2017.
En el mismo sentido, explicó que las promesas de políticas fiscales y de gasto en infraestructura en Estados Unidos hacen prever un mayor crecimiento en 2017 y el efecto más probable en México es de una menor inversión extranjera directa que mitigaría el posible beneficio que habría en la mayor demanda externa por parte de Estados Unidos.
“El problema es el tema político. Lo económico nos dice que en un entorno normal México se beneficiaría del mayor dinamismo en Estados Unidos, pero lo político nos genera incertidumbre sobre las negociaciones comerciales e impide prever hasta qué punto México podrá beneficiarse de lo que normalmente le ayuda”, dice Félix Boni.
El entorno de mayores tasas de interés en el país tendrá un efecto inflacionario para el próximo año, a lo que se suma la expectativa de un inicio del descenso en el crecimiento del crédito al consumo, advirtió.
Felix Boni también destacó que prevalece una histórica divergencia entre el desempeño del sector servicios e industrial. Para el sector servicios el otorgamiento de créditos al consumo ha sido uno de sus impulsores, pero en el sector industrial hay problemas por menor inversión física del gobierno federal, el efecto de menor producción petrolera reflejada en el sector minero, la caída en la importación de bienes de capital y la debilidad del sector manufactura.
En este entorno dijo que sus expectativas sobre el crecimiento del PIB están en línea con lo planteado por Banco de México, de entre 1.5 y 2.5 por ciento. Respecto a las finanzas públicas, señalo que podrían beneficiarse nuevamente el próximo año por los ingresos no recurrentes del Banco de México, pero no es seguro, advirtió.
En el desglose del gasto público, el primario, que es todo el gasto gubernamental menos el costo financiero, si se observa un recorte, enfatizó. Si además del costo financiero se descuentan inversión financiera, participaciones y pensiones, Felix Boni estimó que el gasto primario sea en 2016 equivalente al 15.5 por ciento del PIB y en 2017 sea 13.5 por ciento.
La calificadora asignó a México una calificación de ‘A-‘ con perspectiva estable; sin embargo se encuentra en una revisión para incorporar las posibilidades de que el gobierno logre un superávit primario el próximo año y pueda sostenerlo, y también considerar si habrá remanentes o no del Banco de México, dijo el director de análisis.
“(La calificación) depende de qué historia compremos de Hacienda respecto al superávit y del efecto Trump”, señaló.
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