ATENAS, GRECIA.- Tras siete años de rescates en los que han fluido hacia el país miles de millones de euros, la pobreza no se reduce, sino que crece como en ninguna otra parte de la Unión Europea.

Los fondos de rescate de la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional salvaron a Grecia de la bancarrota, pero las políticas de austeridad y las reformas que los acreedores impusieron como condición han contribuido a convertir la recesión en una depresión.

El primer ministro Alexis Tsipras ha intentado hacer del sufrimiento de los griegos un grito de guerra en la última ronda de las prolongadas negociaciones con los acreedores que bloquean la entrega de más desembolsos.

Pero pese a lo aparatoso de este panorama, Grecia no es el miembro más pobre de la Unión Eurpoea. Este «honor», le corresponde a Bulgaria y Rumania. Claro que la nación helénica no está muy lejos de esta realidad, al ocupar el tercer puesto, toda vez que cifras de Eurostat muestran que el 22.2 por ciento de su población sufría «privación material severa» en 2015.

jcrh