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Millennials: buscan estabilidad y seguridad

Millennials: buscan estabilidad y seguridad

«Millenials» -aquellos nacidos entre 1982 y el nuevo siglo- su preocupación alcanzar una estabilidad personal, porque de alguna manera han sufrido los efectos de la crisis económica. Forman parte ya del mercado laboral pero sin alcanzar su propósito.

El último informe «Millenials» de Deoitte busca descubrir a que temen estos jóvenes, aquellos que gozan de un título universitario y han conseguido, por fín, un trabajo de tiempo completo. Quizá unos privilegiados en comparación de otros pero que muestran sus aspiraciones profesionales y vitales.

Para empezar, una mayor estabilidad profesional: si el pasado año un 44% valoraba la posibilidad de abandonar su puesto de trabajo en menos de dos años, en esta ocasión la cifra desciende al 38%. Aquellos que consideraban que dejarían pronto su trabajo han pasado del 17% al 7%.



La encuesta, realizada entre 8.000 personas nacidas después de 1982 en 30 países diferentes, también muestra que la fórmula contractual preferida es la del trabajo a tiempo completo, por la estabilidad salarial y laboral que proporciona. Como asegura el informe, en estos 12 últimos meses, los ‘millenials’ se han hecho más leales a su empresa… o quizá “se sienten menos seguros”. Una razón sugerida por el informe es que debido a la incertidumbre política y social de la última temporada, muchos jóvenes pueden haber rebajado sus pretensiones ante lo que pueda ocurrir.

Las características de sus trabajos han seguido cambiando durante el último año. En 2016, hasta un 64% prefería tener una localización flexible de trabajo (ya fuese en oficina, su casa u otro lugar), mientras que el pasado año la cifra se encontraba en el 43%.

Deloitte recuerda que es una peculiaridad favorecida por la tecnología, pero que al mismo tiempo, “los trabajadores están cada vez más a gusto con estos planes”. Hasta un 84% de los consultados reconoce que hay un cierto grado de libertad organizativa en sus empleos. Flexibilidad, sí, pero junto a seguridad.

El informe muestra una brecha entre miembros de la misma generación respecto a sus perspectivas de futuro. Mientras que los jóvenes de los países desarrollados son pesimistas, el optimismo reina en los mercados emergentes. Tan solo el 36% de los consultados considera que la situación política y social de sus países mejorará durante el próximo año, una cifra que desciende hasta el 25% en el caso de las economías más maduras y asciende al 48% en las más jóvenes. Entre los países más pesimistas se encuentran Corea del Sur, México, Bélgica, Francia, Chile, Alemania, Japón, Reino Unido, Australia e Italia.



Hay una sencilla razón para esta diferencia. Por lo general, los ‘millenials’ de países emergentes tienen una mayor certeza de que vivirán mejor que sus padres, tanto material como emocionalmente, mientras que en muchas naciones occidentales “muchos sienten que la suya es la generación en la que las cosas dejaron de ir a mejor”, algo que ocurre en Francia, Japón, Bélgica, Corea del Sur, Italia y Suiza.

En muchos casos, como ocurre en los países del norte de Europa, la preocupación emerge de problemas como el terrorismo. Hasta un 56% de jóvenes de países desarrollados considera que la tensión política y el conflicto son muy preocupantes.

El desempleo y la incertidumbre laboral siguen siendo grandes preocupaciones para los nacidos durante los 80 y los 90, que vivieron el “crack económico” de 2008. No obstante, el terrorismo es una preocupación aún mayor en 19 de los 30 países analizados, un asunto que ha crecido exponencialmente a medida que se suavizaba el interés por el cambio climático. De los 11 restantes, donde el desempleo preocupa aún más, tan solo hay una economía considerada como desarrollada. ¿Adivinan? Se trata de España.

Los jóvenes muestran cada vez una mayor confianza en solucionar conflictos a través del sector privado y la colaboración con iniciativas solidarias a nivel local. Frente al desprestigio de la empresa durante los años de la crisis, el estudio muestra que la confianza de los jóvenes trabajadores en las compañías es mejor. Por ejemplo, en 2015, un 75% de ellos pensaba que estas solo pensaban en sus propios objetivos, mientras que en 2017 el porcentaje desciende hasta el 59%. Hace dos años, apenas un 52% pensaba que se comportaban de manera ética, por un 65% en el presente año.
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