
TEHERAN, – La alta moda italiana redobla la puesta en el mercado iraní, con la primera apertura del negocio monomarca de Versace en Teherán, después de la inauguración de las vidrieras de Roberto Cavalli el pasado febrero.
Ambas boutiques, la vanguardia de las marcas más apreciadas y reconocidas del «made in Italy», se encuentran una junto a otra en la calle Alef 1, una calle del rico barrio de Zaferaniyeh (norte de Teherán).
La iniciativa es de empresarios iraníes, encabezados por Medhi Firouzan, presidente del grupo KelideTalaei, quien obtuvo la exclusiva para la República Islámica de las marcas Versace y Cavalli.
«Estamos realmente convencidos de que el ‘made in Italy’ podrá tener un futuro verdaderamente interesante en el mercado iraní», explicó a ANSA Elias Saramin, hombre de negocios italiano, ex diseñador de Versace y Cavalli y actualmente consultor general del grupo iraní.
«Hemos ganado una apuesta fascinante logrando la apertura de los primeros dos negocios de moda en Teherán, ligados a dos famosos estilistas italianos, que podrán ser pioneros de una nueva era», contó.
«Irán es un mercado muy cercano al italiano, por cultura, por gusto, por la alegría de vivir, aunque lamentablemente en el exterior hay ideas muy estereotipadas sobre este país», agregó.
«Lo más difícil, en una operación que comenzó cuando aún existía el embargo, fue precisamente convencer a los empresarios italianos de apuntar a un país muy distinto del descrito durante tantos años. Lo cierto es que el negocio de Cavalli está yendo muy bien», subrayó.
Ahora es el turno de Versace, el estilista de las grandes modelos. Los vestidos de noche que exaltan la femineidad, los bolsos y zapatos refinados, la línea masculina que conjuga el estilo deportivo con el clásico, fascinando a los primeros clientes de la boutique.
El costo de ropas y accesorios no es un problema para una clase rica y amante del lujo que se formó en la república iraní pese -o según algunos gracias- al embargo y los atrasos económicos.
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