La era del «Vocho» finalmente llegó a su fin…

Volkswagen anunció que ya no producirá más este vehículo que ha marcado a muchas generaciones.

Las últimas unidades del también llamado Beetle se producen en Puebla.

De hecho, desde marzo, la marca alemana anunció que sólo se harían otros 565 autos de este tipo y esos serían los últimos.

Ahora, en su página de Internet ofrecen los restantes.

Sin embargo, el último de ellos será trasladado a un museo en México para su exhibición.

Pero el «Escarabajo» deja detrás una larga historia…

El «Vocho»

Este vehículo se produce desde hace 81 años.

Fue precisamente Adolfo Hitler quien propuso, por ahí de los años 30, hacer un auto dirigido al pueblo.

En 1938 salen a la venta los primeros «escarabajos». En ese entonces su nombre era Kraft durch Freude Wagen (KdF-Wagen), algo así como «El Coche de la Fuerza Mediante la Alegría».

Sin embargo, en 1939 comenzó la Segunda Guerra Mundial.

Este suceso hizo que la producción del «Vocho» se redujera puesto que en Wolfsburgo, donde se fabricaban, se comenzaron a hacer vehículos de uso militar.

Pero una vez que la guerra llegó a su fin, en el año de 1945, el Beetle tuvo un resurgimiento.

Dos años más tarde se comenzaron a exportar.

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Ya para 1978, Wolfsburgo dejó de producir este auto, pero fue en México donde se continuó su fabricación.

En suelo azteca marcó historia y fue el auto predilecto de los taxistas de la Ciudad de México y un fiel guerrero para muchos.

En 1994 el «Vocho» se reinventó por completo y su versión moderna vio la luz. Esta vez el motor pasó a la zona delantera.

En el año 2000, el Beetle renació con nuevas versiones, incluso una convertible.

Y esa fue la recta final de un auto que marcó a muchos.

Muy querido

El modelo siempre tuvo buena aceptación con los consumidores.

Tan es así que en varias partes del mundo se le nombra con diferentes apodos.

Por ejemplo, en Alemania le llaman «Escarabajo» (Käfer).

En Francia es conocido como «Mariquita» (Coccinelle) y en algunas zonas de Latinoamérica ostenta los sobrenombres de «Pichirilo», «Sapo» «Fusca» y más…

En México, claro está, siempre será el fiel «Vocho».

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