Aquélla sentencia añeja entre jocosa y muy real respecto a que los gobernantes antes que mandar a construir universidades apurarían la edificación de más y más centros penitenciarios porque al final ahí acabarían, se está convirtiendo en una vergonzosa fatalidad.
Cuando los ataques verbales entre institutos políticos, sus militantes, dirigentes, candidatos o aspirantes a cualquier puesto de elección o burocrático, se centran en señalar quien hizo peor su trabajo, quien desfalcó más a las finanzas públicas a su cargo y lo desvío hacia su propia y personal o familiar interés; es entonces cuando los mexicanos sabemos que estamos viviendo el peor de los mundos porque antes de gobernar, todo se trata ya de defenderse e imputar cargos al adversario.
Ya basta que se ocupen un día sí, el otro también y durante semanas, meses y años de acusar en los medios a sus contrapartes; que lo hagan vía penal, se encarguen del proceso judicial, y entretanto, atiendan profusamente su puesto o encargo.
Por ahora, no obstante, los gobernados poco podemos esperar de un trabajo eficaz y eficiente casi de cualquier gobernante sea cual sea su encargo, pues parecería que todos se están cuidando las espaldas.
Narcotraficantes y mandatarios se encuentran en las cárceles. Parece que no en las universidades porque muchos de los primeros no tuvieron esa oportunidad y los segundos hasta presumen sus grados en el extranjero, aunque ya se dude de sus estudios y aprendizaje.
Pero ahora delincuentes peligrosos y de cuello blanco se encuentran cada vez en mayor cantidad en las cárceles y no sólo nacionales, también desde México ya se exportan criminales que roban descaradamente lo que es público.
Entretanto, los electores nos encontramos desencantados cuando advertimos que el rojo, azul, verde, amarillo, naranja, turquesa y más; es la misma “gata enlodada”.
Construir más cárceles, nadie cree que hubiera sido la solución, pero aunque extravagante pesa la realidad.
Acta Divina… El presidente Enrique Peña Nieto, inauguró en noviembre de 2016, en el estado de Coahuila tres universidades politécnicas.
Para advertir… Bueno, hay quienes se resisten a su realidad.