*El corazón de esta campaña rumbo a las elecciones intermedias en Estados Unidos se inundó de migración, violencia y el movimiento #MeToo, siempre a la sombra de Donald Trump
La campaña rumbo a las elecciones intermedias de este martes en Estados Unidos estuvo marcada por temas polémicos, como migración, violencia o el movimiento #MeToo, siempre con la figura omnipresente de Donald Trump.
Trump, Trump y más Trump
Pese a que su nombre no figura en las papeletas, Donald Trump está, como él mismo dice, en el centro de estos comicios, que tradicionalmente se transforman en un referéndum sobre la gestión presidencial. Pero, explosivo e iconoclasta, el magnate llevó esa tendencia a otro nivel.
«Votar por Marsha es, de hecho, votar por mi», declaró Trump en Tennessee, junto a la candidata republicana al Senado, Marsha Blackburn. El mandatario multiplica sus actos de campaña, consciente de que si su partido pierde el control de Congreso a manos de los demócratas, su gestión se verá paralizada.
En tanto, los demócratas esperan que la aversión que muchos electores tienen hacia el magnate provocará un aumento en la participación electoral, cuando normalmente las elecciones intermedias no suscitan grandes pasiones.
Inmigración
El envío de miles de militares a la frontera con México para evitar la «invasión» de migrantes centroamericanos que avanzan hacia Estados Unidos en una caravana desde hace varias semanas, la promesa de acabar con el derecho de suelo, historias escabrosas de asesinos indocumentados: Trump y los republicanos decidieron colocar a la inmigración en el corazón de su campaña.
El tema migratorio es una de las principales preocupaciones de los electores republicanos y la presión para que acudan a las urnas es clave en un comicio donde la participación será fundamental.
Violencia y racismo
El fin de la campaña se vio ensombrecida por el ataque antisemita que dejó 11 muertos en una sinagoga de Pittsburgh, que se produjo luego de una tensa persecución para atrapar al responsable del envío de paquetes explosivos a varias personalidades demócratas, entre ellos el expresidente Barack Obama, la exsecretaria de Estado y excandidata presidencial Hillary Clinton, y el inversor George Soros.
Estos picos de violencia previos a la elección de este martes puso sobre la mesa de debate la agresividad del discurso de Trump y sus efectos en un país profundamente dividido.
Trump condenó el ataque antisemita, pero se mostró menos contundente sobre el caso de los paquetes bomba. Como sea, retomó la campaña de inmediato y las ácidas críticas a sus oponentes.
Movimiento #MeToo
Tras la eclosión del movimiento #MeToo para denunciar los abusos sexuales y las manifestaciones de mujeres contra Trump, las electoras y las candidatas están en el centro del debate tras la llegada del magnate a la Casa Blanca.
Los estadounidenses perecen particularmente motivados para acudir a las urnas en esta ocasión, en tanto un grupo de mujeres moderadas de barrios acomodados y con grados universitarios, disgustadas con la retórica presidencial, lograron, según las encuestas, inclinar la balanza a favor de los demócratas.
Además, un número récord de mujeres, 200 demócratas y 60 republicanas, son candidatas al Congreso, donde actualmente ostentan el 20% de las bancas.
Salud y economía
Los demócratas han insistido con un poderoso mensaje a los electores: si los republicanos refuerzan su control del Congreso, destruirán su cobertura de salud, un tema importante en un país donde no existe un sistema de salud universal.
La reforma que impulsó el presidente Barack Obama permitió a millones de personas acceder a cobertura sanitaria, y Trump no ha podido cumplir con su promesa de campaña de acabar con el sistema conocido como Obamacare.
Conscientes de que esta es una de las principales preocupaciones de los votantes de todos los sectores, los republicanos han prometido, tardíamente, que garantizarán que las personas con enfermedades crónicas tengan acceso a un seguro de salud asequible. «Es mentira», dijo Obama el viernes.
En cuanto al tema económico y la «guerra comercial» en la que se embarcó el gobierno de Trump, la renegociación de tratados internacionales, el sólido crecimiento económico y el pleno empleo, la economía también fue uno de los temas centrales de la campaña.
Las cuencas mineras e industriales aprecian las medidas proteccionistas de Trump. Pero los agricultores sufren las represalias que los socios de Estados Unidos aplican a esa política, aunque algunos productores rurales no han retirado su apoyo al mandatario, dando crédito a su afirmación de que las dificultades serán temporales, y que luego vendrá la recuperación.
Información: AFP
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