
Desde la elección de Donald Trump hasta la crisis catalana o el Brexit, las acusaciones de injerencia rusa en asuntos internos de occidente han incrementado los temores sobre las armas del Kremlin en Internet.
En 2014, apareció una nueva herramienta de influencia: la «fábrica de troles» de San Petersburgo, cuyo nombre oficial es Internet Research Agency. Según la prensa, está vinculada a los servicios de inteligencia rusos y alimenta miles de cuentas falsas en redes sociales, organizando manifestaciones o difundiendo informaciones falsas.
Soldatov apunta que los trolls no son una invención rusa, sino que se han usado en occidente para fines puramente militares.
Rusia también invierte mucho en una “guerra informativa”. Sus esfuerzos dieron lugar a medios de comunicación en varios idiomas extranjeros: la cadena RT o la agencia de prensa en línea Sputnik, cuya misión oficial es presentar en el extranjero el punto de vista de Moscú.