La Clave Bancaria Estandarizada, mejor conocida como Clabe, es usada para realizar transferencias interbancarias, ya sean electrónicas o transferencias vía Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI).
La Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) destacó que con ella, en lugar de tener que acudir al banco de la persona a la que se le va a depositar, basta con que esa persona proporcione su Clabe.
El organismo refiere que de tal forma se podrá solicitar al banco, ya sea a través de Internet o en ventanilla, que haga la transferencia de los fondos a esa Clabe, sin importar en qué banco o estado esté localizada la cuenta.
Es importante entender que esta clave no sustituye el número de cuenta de cheques o de la tarjeta de débito, sólo se trata de una referencia para realizar transferencias interbancarias entre cuentas, sin necesidad de mover el dinero en efectivo o cheque.
La Clabe está compuesta por 18 dígitos, de los cuales seis corresponden a la información del banco y sucursal en cualquier lugar de la República, 11 al número de cuenta a quien se le deposita y el último es un dígito que confirma que los datos son correctos entre sí.
Refiere que no se debe tratar de construir la Clabe, puesto que el banco tiene la obligación de proporcionarla, y no se debe tener ningún temor en proporcionarla, pues sólo sirve como referencia a la cuenta y no es un NIP o llave de acceso.
Asimismo, recomienda considerar el cobro de comisiones, ya que varía de una institución a otra, y es importante tomar en cuenta los horarios que cada banco para realizar transferencias, ya que según la hora en la que se lleve a cabo la transacción el dinero quedará acreditado.
La Clabe también es utilizada para pagar automáticamente servicios como el teléfono, agua, luz, entre otros, con cargo directo a una cuenta de cheques o a la tarjeta de débito a través del servicio “Domiciliación de pagos”.
Con información de Notimex.