* La CIA creó una red de espías dentro de los altos políticos de México.

Poco se dice sobre la influencia que la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA, por sus siglas en inglés) mantuvo alrededor del movimiento estudiantil que se vivió en México en el año de 1968.

Sin embargo, es algo que, pese a las grandes interrogantes que mantiene el caso en general, se ha confirmado.

La CIA vigiló, al menos por cuatro meses, el movimiento estudiantil en todo el país. Los documentos derivados de esas actividades fueron recopilados y el entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz recibió copia de algunos de esos archivos.

Aparentemente, esa información influyó fuertemente en las decisiones que tomó el mandatario en torno al movimiento estudiantil.

El académico Sergio Aguayo, investigador del Colegio de México, señaló a la BBC que Díaz Ordaz recibía un sueldo de la CIA y que la agencia estadounidense terminó por apoyar las ideas del presidente de que las protestas de los estudiantes formaban parte de un complot comunista motivado desde Cuba y la Unión Soviética (lo que nunca se comprobó).

¿Cómo se coló la CIA en México?

Winston Scott, quien fue jefe de la estación de la agencia estadounidense en México entre 1956 y 1969, se hizo amigo de Adolfo López Mateos en sus tiempos de presidente.

De esa relación terminó entablando amistad con Díaz Ordaz, entonces secretario de Gobernación, y con Luis Echeverría Álvarez, subsecretario. Ambos fueron después presidentes de México.

Además, gracias a esos contactos, Scott creó una red de espías entre los altos políticos del país en una operación llamada LITEMPO, de la cual formaron parte al menos 12 personas, incluyendo a Díaz Ordaz y a Echeverría Álvarez.

Según Aguayo, no se logró conocer cuánto dinero en total recibían los funcionarios mexicanos por sus actividades como «informantes», excepto un registro de la entrega de 400 dólares mensuales como paga a dos guardaespaldas, equipo de radio y cuatro autos.

Las razones que motivaron a Díaz Ordaz y a Echeverría a convertirse en espías son desconocidas, pues la paga ya mencionada parece poca cosa.

Una hipótesis señala que la razón fue la protección y la inteligencia que les ofrecía la CIA a cambio.

Tlatelolco

México sería sede de los XIX Juegos Olímpicos aquel octubre y Díaz Ordaz tenía la presión de demostrar que el evento se realizaría sin problema alguno.

Por su parte, el Consejo Nacional de Huelga, representando al movimiento estudiantil convocó a una marcha pacífica desde Tlatelolco hasta el Zócalo.

El lugar donde se dieron cita los estudiantes fue rodeado por unos cinco mil soldados y, a pesar de que el Consejo decidió cancelar la protesta, militares abrieron fuego en contra de los presentes.

AFP Photo/Pedro Pardo

De ese suceso existen varias versiones. Una de ellas señala que los militares se defendieron de los ataques estudiantiles, otra más que el Batallón Olimpia, grupo paramilitar, comenzó la agresión y el Ejército atacó en respuesta.

Pero de lo que no hay duda es de la matanza en Tlatelolco, aunque el gobierno dijera que sólo hubo una veintena de víctimas contra los más de 200 muertos que señalaron medios internacionales.

AFP Photo/Alfredo Estrella

A la fecha, tras 50 años, no se sabe exactamente cuántas personas perdieron la vida en aquel suceso.

El investigador Aguayo señala que no se demostró si la CIA sabía que se sometería a los estudiantes con el uso de la fuerza militar.

Lo que sí quedó claro fue la influencia de la agencia en el gobierno mexicano, especialmente durante el mandato de Díaz Ordaz.

Por: Francisco Chávez       Imagen: Digitallpost

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