Desde tiempos inmemoriales el envenenamiento ha sido un método utilizado para deshacerse de adversarios políticos, tanto que los historiadores todavía debaten sobre si Napoleón o Alejandro Magno fueron asesinados por intoxicación.
El lunes los medios británicos informaron que un exagente ruso, que trabajaba para los servicios británicos, llegado al Reino Unido tras un canje de espías en 2010, se encuentra en estado crítico luego de haber sido misteriosamente expuesto a «una sustancia desconocida».
A continuación cinco casos célebres de envenenamiento en los últimos 40 años.
VX en el aeropuerto
Kim Jong Nam fue agredido el 13 de febrero de 2017 con VX, un agente neurotóxico considerado como un arma de destrucción masiva, en un insólito ataque, digno de la Guerra Fría, que conmocionó a la comunidad internacional y provocó una crisis diplomática entre Kuala Lumpur y Pyongyang.
El medio hermano de Kim Jong-Un, que tenía que tomar un avión hacia Macao, en el sur de China, sucumbió al cabo de unos veinte minutos de agonía.
La autopsia reveló restos de VX, una sustancia que provoca un colapso respiratorio y un fallo cardíaco.
Este veneno es tan potente que una pequeña dosis es suficiente para matar a un adulto y puede entrar a la sangre por inhalación o incluso por contacto con la piel.
Té con polonio
En noviembre de 2006, el exespía ruso Alexandre Litvinenko, opositor al presidente Vladimir Putin, muere a los 43 años en un hospital londinense, víctima de un envenenamiento con polonio, sustancia radioactiva extremadamente tóxica.
Tres semanas antes, este tránsfuga de los servicios secretos había tomado el té con otro exagente ruso, Andrei Lugovoi.
Su muerte provocó una crisis diplomática entre Londres y Moscú, que siempre rehusó extraditar al principal sospechoso.
Desfigurado con dioxina
En septiembre de 2004, el ucraniano Viktor Yúshchenko, candidato de la oposición, héroe de la Revolución Naranja, cae gravemente enfermo en plena campaña por la elección presidencial que lo opone al candidato favorito de Moscú, Viktor Yanukovich.
Médicos austriacos identifican tres meses después un envenenamiento con dioxina. Yúshchenko es elegido presidente en enero de 2005. Pese a los cuidados, su rostro deformado conserva los rastros de la enfermedad.
Una inyección en el cuello
En septiembre de 1997, en Amán, agentes del Mosad, servicios de inteligencia israelíes, disfrazados de turistas canadienses intentan asesinar a Jaled Mechaal, dirigente del movimiento islámico Hamas, inyectándole veneno en el cuello.
El responsable palestino, sumido en el coma, es salvado gracias a la intervención del rey Husein de Jordania, que exige del gobierno israelí el antídoto a cambio de poner en libertad a los dos autores del atentado.
Pinchado en el muslo
En septiembre de 1978, el escritor disidente búlgaro Georgi Markov es discretamente agredido, cuando esperaba un autobús en un puente de Londres, por un desconocido que, al pasar, le inyectó con un paraguas una cápsula envenenada. Markov no le dio importancia al incidente e incluso vio al hombre del paraguas alejarse tranquilamente. Sin embargo horas más tarde sufre una fuerte fiebre y al cabo de cuatro días fallece.
La autopsia revela la presencia en su pierna de una cápsula del tamaño de la cabeza de un alfiler llena de ricina, un violento veneno.
Además, la muerte de Yaser Arafat en noviembre de 2004 en el hospital militar Percy cerca de Paris, cuyas causas no fueron aclaradas, plantea numerosos interrogantes.
Una investigación judicial por asesinato fue abierta en Francia tras una demanda interpuesta por su viuda tras descubrirse polonio en sus efectos personales.
Pero el 24 de junio de 2016, la justicia francesa confirmó el sobreseimiento pronunciado por los magistrados encargados de la investigación por «asesinato».
Con información de AFP.
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