Por: Sergio Villaseñor

La gestión del Presidente salido del PRI, luego de estar 12 años fuera del Gobierno de la República, no los ha dejado en la mejor posición de cara a las elecciones de este año.

Analistas políticos coinciden en que el actual titular del Ejecutivo Federal es un elemento negativo para la campaña del PRI.

Cinco años de una administración fallida debilitan las aspiraciones de José Antonio Meade como abanderado del Partido de la Revolución Institucional (PRI).

Nueve de cada 10 personas consideran que el Gobierno federal trabaja en beneficio de grupos de poder, y no para el bienestar de la mayoría, de acuerdo con el Latinobarómetro 2017 que se realiza entre 18 países de la región.

“La principal crítica a Peña es la corrupción. Quien vote por el PRI ya sabe por lo que vota, difícilmente va ser algo con lo que PRI pierda más votos”, expuso Vidal Fernando Romero León, Jefe del Departamento Académico de Ciencia Política del Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM)en entrevista con SinEMbargo.

La delicada situación económica del país podría soplar en contra de las aspiraciones del extitular de Hacienda. De igual forma, la tasa anual de inflación alcanzada el año pasado (duplicada con respecto a 2016) será otra loza que ha de cargar el candidato ciudadano.

En otro aspecto, la inseguridad que vivimos actualmente ha deteriorado la imagen del Gobierno federal, quien propuso en el Pacto por México un “México en Paz”.

Una vez concluidas las precampañas, podemos ver que el PRI ha arrancado en una posición complicada. No se le ve como favorito ni como competitivo. La fragmentación al interior del PRI es una clara debilidad política que nubla su futuro en el proceso electoral por las imposiciones que se han dado para los cargos de elección popular.

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