- Utilizar las propiedades del maíz nativo mexicano reduciría la necesidad de añadir fertilizantes químicos, además de incrementar la productividad en regiones con suelos pobres
Un grupo multidisciplinario e internacional descubrió que una variedad de maíz nativo mexicano podría reemplazar a los fertilizantes químicos, por sus propiedades.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) destacó este hallazgo científico y se congratuló que en el país, ya se observen los beneficios del Protocolo de Nagoya, en torno a la certidumbre legal para el uso de recursos genéticos, al establecer medidas que eviten su apropiación indebida.
En un comunicado, la dependencia recordó que la investigación estuvo a cargo de la Universidad de California, Davis, así como la Universidad de Wisconsin-Madison, el Instituto Tecnológico del Valle de Oaxaca y Mars, Inc.
El estudio resultaría benéfico, en caso de que se pueda incorporar en variedades convencionales de maíz, esto reduciría la necesidad de añadir fertilizantes químicos, además de incrementar la productividad en regiones con suelos pobres.
Su importancia también radica en la reducción del uso de fertilizantes químicos para minimizar el impacto de éstos sobre el medio ambiente, además de las emisiones de gases de efecto invernadero que se generan en su producción, las cuales alcanzan hasta 2 por ciento de las emisiones globales.
Los realizadores se apegaron al Protocolo de Nagoya sobre Acceso a Recursos Genéticos y Participación Justa y Equitativa en los beneficios que se derivan de su utilización, informó la Semarnat en un comunicado.
Por lo anterior, la comunidad de la Sierra Mixe, en Oaxaca, donde se realiza este trabajo, en el cual participa, otorgó de manera previa su consentimiento informado y así estableció los términos acordados por ambas partes para la distribución de los beneficios que de éste se deriven.
Carlos Hurtado, subsecretario de Fomento y Normatividad Ambiental, dijo que gracias a la ratificación de México del Protocolo de Nayoga, los miembros de esta comunidad indígena forman parte integral de esta investigación.
El funcionario federal afirmó que este caso destaca que cumplir con los mandatos del protocolo no impide la investigación científica, por el contrario facilita la participación de distintos actores de forma equitativa.
El Protocolo de Nagoya asegura que los países originarios y proveedores de recursos genéticos tengan una participación justa y equitativa en los beneficios resultantes del uso de éstos.
Asimismo, garantiza a las comunidades que sus conocimientos tradicionales asociados a dichos recursos estén protegidos, para que sean ellos mismos quienes tomen la decisión en cuanto a su utilización.
Información e imagen: Notimex
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