Pocos minutos después de que ocurriera el sismo del martes pasado, los motociclistas se convirtieron en una parte esencial de la ayuda en las zonas más afectadas de la CDMX.

Y es que ante la prontitud de que el apoyo llegara a las zonas de desastre y el tráfico que impera en la Ciudad, el transporte en una motocicleta fue lo más efectivo.

Ellos se encargaron de llevar médicos desde Polanco hasta Xochimilco, llevar víveres a la Condesa o la Del Valle donde el acceso en automóvil estaba limitado, incluso algunos hasta llevaron heridos para que llegaran más rápido al hospital.

Entre esos héroes sin capa está Sherinne Celedón, de 31 años años de edad, que junto a 30 mujeres bikers del grupo al que pertenece se organizaron para el traslado de ayuda, de personas o de lo que fuera necesario.

Sherinne pertenece al grupo de Mujeres Bikers Unidas y desde ahí se comenzaron a organizar; sin embargo, al rodar en algunas de las entonces desoladas calles observó otras agrupaciones grandes que acudían a distribuir comida, trasladar víveres y movilizar a personas.

Recordó que durante las primeras horas después del sismo cada integrante de ese grupo se organizó para acudir a los lugares lo más rápido posible y ese día estuvo rodando más de nueve horas constantes en las colonias Roma, Narvarte y en donde hiciera falta.

“Ayudamos demasiado, más de lo que la gente esperaba de nosotros, yo creo que nadie pensó que los bikers ayudáramos así”, explicó Sherinne Celedón y señaló que los amantes de la vida sobre ruedas no son sólo aquellos que se meten entre los coches o que “manejan mal”, sino que también son aquellos que ayudaron ese día “éramos muchos”.

“Todos los bikers nos unimos, nos apoyamos, si alguien necesitaba algo otro biker iba y lo ayudaba”, añadió, al referir que dio una buena cantidad de vueltas, las cuales además eran complicadas por los congestionamientos viales, las personas en las calles y la histeria colectiva.