- Grupos antiracistas se reunieron de manera pacífica a partir del medio día frente de la Casa Blanca
- La contraprotesta se blandieron pancartas que decían «No a los nazis, no al KuKlux Klan, y no a un Estados Unidos Fascista»
La policía de Washington estableció el domingo un perímetro de seguridad alrededor de la Casa Blanca, ante la marcha de centenares de neonazis y supremacistas blancos, un año después de los disturbios en Charlottesville, Virginia, que dejaron una mujer muerta y 19 heridos.
Al cumplirse el primer aniversario de aquellos incidentes, la red de extrema derecha Unite the Right protagoniza la nueva concentración en Washington.
Esta organización que estuvo detrás de la manifestación de Charlottesville (Virginia) obtuvo permiso para reunir a 400 personas en la plaza Lafayette, ubicada frente a la residencia presidencial, a partir de la 17H30 locales y durante solo dos horas.
Un importante dispositivo policíaco se desplegó en el lugar, con varias calles cerradas a la circulación vehicular, especialmente para impedir todo contacto entre manifestantes y contrarios, que también se espera que acudan a plaza Lafayette.
Grupos antiracistas se reunieron de manera pacífica a partir del medio día frente de la Casa Blanca, blandiendo pancartas que decían «No a los nazis, no al KuKlux Klan, y no a un Estados Unidos Fascista».
Algunos «dicen que la mejor estrategia es ignorar a los supremacistas blancos, que no les damos demasiada atención. Pero nosotros realmente creemos que sería un enorme error dejar que los fascistas pisen fuerte el suelo de la capital del país, sin oposición», dijo a la AFP Kei Pritsker, de 22 años, e integrante de Answer Coalition, un grupo antiracista.
En un mensaje en su sitio, Unite the Right dijo a sus partidarios que «ciertamente habrá provocadores que intenten conseguir una reacción de su parte». «No respondan con ira», aconsejaron los organizadores.
Promotor de la manifestación del año pasado, Jason Kessler, había pedido permiso para marchar de nuevo en Charlottesville, pero las autoridades de la ciudad se lo negaron.
La pequeña ciudad de Virginia, situada a menos de 200 kilómetros al sur de Washington, no quería revivir los eventos del 12 de agosto de 2017.
La red ultraconservadora había obtenido en aquel momento autorización para una concentración en Charlottesville, en protesta contra un proyecto de la alcaldía de retirar una estatua del general confederado Robert E. Lee.
Al culminar la marcha se desencadenaron choques entre los supremacistas blancos y los contra-manifestantes, que fueron embestidos por un simpatizante neonazi causando la muerte de la mujer y dejando 19 heridos.
«No son bienvenidos»
En una entrevista con la radio pública NPR difundida el viernes, Jason Kessler expresó su deseo de que el evento del domingo sea «apartado» y tome distancia pública con el movimiento neo-nazi.
«No quiero a ningún neo-nazi en el mitín», indicó. «No son bienvenidos». Las autoridades buscarán impedir que los dos grupos entren en contacto con un importante dispositivo policial. El presidente Donald Trump expresó el sábado su condena a todo tipo de racismo.
The riots in Charlottesville a year ago resulted in senseless death and division. We must come together as a nation. I condemn all types of racism and acts of violence. Peace to ALL Americans!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 11 de agosto de 2018
«Los disturbios en Charlottesville de hace un año causaron muertes insensatas y división.Debemos unirnos como nación. Condeno cualquier tipo de racismo y acto de violencia. Paz a TODOS los norteamericanos.»
El mandatario había sido criticado el año pasado por no haber condenado claramente a los manifestantes neonazis, tras los incidentes que dejaron en evidencia el avance de la extrema derecha blanca.
«Debemos estar unidos como nación. Condeno todo tipo de racismo y acto de violencia. Paz para TODOS los estadounidenses», añadió en su mensaje previo a la manifestación de este domingo.
Jim, un hombre negro que estaba contra la protesta y que no quiso dar su nombre completo, dijo que siente que Estados Unidos es más racista bajo el gobierno de Trump.
Antes «era sutil, ahora no es sutil, es en tu cara, es como la Alemania Nazi», añadió. Los organizadores pidieron llevar solo banderas de Estados Unidos y de los Estados Confederados, pero evitar emblemas neo-nazis.
Todas las armas de fuego fueron prohibidas en el sitio de la protesta en Washington, incluso para los que tienen licencia para portarlas.
Información e imagen: AFP
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