* Familiares aseguraron que la autopsia confirmó que el menor ingirió heces.

Cuando Jacinto y Ángeles rompieron su matrimonio, fue Yahir, un pequeño que en aquel entonces tenía tres años, el que más lo resintió.

El infante se quedó a vivir con su papá y su nueva pareja, Olga, en Monterrey.

Yahir vagaba todos los días por las calles de la colonia Santa Cristina, incluso lo apodaban «El Chavo del 8».

Los vecinos le tenían aprecio pues pasaba mucho tiempo rondando la zona y lo trataban frecuentemente.

Además, uno de los tíos del infante se encargaba de alimentarlo, pese a que su hermano, Jacinto, le molestaba.

De nuevo al calvario

Los años pasaron, el niño se fue a vivir con sus abuelos maternos en Saltillo, mientras estudiaba en la escuela Cristóbal Colón.

Sin embargo, en noviembre del año 2017, Jacinto llegó por el niño y se lo arrebató a sus abuelos. Se lo llevó a Monterrey de nuevo.

Para entonces, Jacinto ya tenía cuatro hijos más con su pareja Olga, y ahí comenzó la peor parte para Yahír.

Uno de sus medios hermanos, de tan sólo cuatro años de edad, contó a su tierna edad que Yahír era excluido, como si no fuera de la familia.

Visita y final

Tiempo después el pequeño Yahír de siete años de edad, le pidió a su padre que lo llevara a visitar a sus abuelos en Saltillo.

Finalmente el hombre cedió y el 25 de octubre del 2018 llegaron a casa de los abuelos maternos del infante en la colonia Misión Cerritos, en la calle Santa Cristina 1177, en Saltillo.

Estando allí, Jacinto obligó a Yahír a comer su propio excremento.

Debido a ello, el niño comenzó a vomitar constantemente. Jacinto y Olga le dieron leche y caldo de pollo para calmar el vómito, pero no funcionó.

Finalmente, el infante broncoaspiró y perdió la vida en pocos segundos.

Al ver a su hijo, Jacinto llevó al pequeño a los bomberos, con ayuda de Olga. Allí les confirmaron el deceso.

Además, los bomberos dieron aviso a la Fiscalía General del Estado, donde confirmaron el maltrato al que el menor era sometido.

Según los familiares del menor, Yahír no soportó el malestar pues estaba desnutrido y pesaba entre nueve y 11 kilos.

¿Justicia?

Tras el deceso del infante, los padres biológicos y la madrastra Olga fueron detenidos.

Sin embargo, los familiares del niño acusan que todos quedaron en libertad, pese a que en la autopsia se confirmó que Yahír tenía heces en el estómago.

Ellos aseguran que hay testimonios que detallan cómo Jacinto y Olga obligaron al pequeño a comer su propio excremento.

Ahora los parientes de Yahír exigen a las autoridades se haga justicia por la muerte del pequeño y que entreguen a los otros niños de la pareja.

Imagen: Pxhere (ilustrativa)

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