WASHINGTON,- En apariencia tanto Donald Trump como Mike Pence, compañero de partido y virtual vicepresidente, sus opiniones con relación a temas sociales y económicos, no parecen guardar congruencia o quizá se relacione con algún tipo de publicidad y su campaña rumbo a la presidencia de la Casa Blanca.
Cuando el virtual candidato republicano a la presidencia Donald Trump se dijo «totalmente a favor del derecho de una mujer a decidir», el gobernador de Indiana Mike Pence comparó el aborto con la tragedia de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Cuando Pence se opuso a brindar a los homosexuales estadounidenses la protección de unas leyes antidiscriminatorias, Trump declaró que la Comisión para la Igualdad de Oportunidades en el Empleo de Estados Unidos (EEOC por sus siglas en inglés) necesitaba proteger los derechos de los gays en el lugar de trabajo.
Y cuando Trump aplaudía las demandas estatales contra las grandes compañías tabacaleras, Pence declaró que «fumar no mata».
Durante las últimas dos décadas, Trump ha estado en desacuerdo con quien ahora es su compañero de fórmula en una gran cantidad de temas políticos, entre ellos la política de inmigración, los programas de subsidios y el comercio. Y en los temas sociales sobre todo, Trump y Pence llegan a las elecciones presidenciales de 2016 desde caminos muy distintos.
En declaraciones en la página de internet de su campaña de 2000, Pence equiparó a Estados Unidos con el Titanic, «alejándose del puerto seguro de nuestras tradiciones morales y religiosas». Trump, en ese entonces, se pronunció indiferente a tales temores.
«Miren, yo viví en la ciudad de Nueva York y Manhattan toda mi vida, ¿OK?», dijo Trump en una entrevista con NBC en 1999. «Así que mis puntos de vista son un poco diferentes que si hubiera vivido en Iowa, quizá».
Pence, un cristiano evangélico que no bebe alcohol, ha trazado por décadas una postura radical aparentemente inflexible en cuanto a temas sociales, que se remonta a su infructuoso intento por llegar al Congreso a finales de la década de 1980 y principios de la década de 1990 antes de sus periodos en la Cámara de Representantes de Estados Unidos y como gobernador de Indiana.
Trump, un protestante tradicional que tampoco bebe, ha reformado sus posturas varias veces a lo largo de los años en cuanto a derechos de los homosexuales, el aborto y otros asuntos sociales, incluyendo algunas opiniones que cambiaron regularmente durante esta contienda por la candidatura presidencial.
El fervor de la postura histórica de Pence sobre el aborto lo separa de Trump e incluso de algunos colegas republicanos. Además de sus posturas respecto a los temas sociales, Pence ha señalado que el cambio climático es «un mito» y afirmó que el fumar cigarrillos —si bien no es sano— no es letal.
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