PHOENIX, ARIZONA,- La carrera de Joe Arpaio como alguacil cuya postura sobre la inmigración ilegal era marcada, perdió la contienda para reelegirse por séptima vez para poner punto final a la carrera de la que tal vez sea la figura del poder judicial que más desencuentros provoca en el país.
Fueron los electores latinos quienes pusieron un alto a la lucha de Arpaio por reelegirse como alguacil del condado de Maricopa como respuesta a su postura de mano dura a la inmigración ilegal, que incluía redadas en el lugar de trabajo, retenes constantes y palabras duras.
“La gente a la que Arpaio tenía en la mira decidió hacer lo mismo con él. Perdió su poder cuando la gente indocumentada dejó de sentir miedo”, comentó Carlos Garcia, director ejecutivo de Puente, un grupo de defensoría que se formó en 2007 para contrarrestar un programa federal del alguacil que permitía a sus asistentes actuar como agentes migratorios de hecho.
El martes, Paul Penzone —demócrata y exsargento de policía de Phoenix y quien perdió contra el alguacil Arpaio en 2012— ganó la revancha, 54,9 por ciento contra 45,1 por ciento, para convertirse en el próximo alguacil del condado de Maricopa.
La carrera recaudó millones de dólares de otros estados, un testimonio de la enorme dimensión que adquirió el alguacil Arpaio, de 84 años, en el debate nacional sobre la inmigración. George Soros, un inversionista liberal, por ejemplo, gastó más de 2 millones de dólares en oposición al alguacil.
Los electores conservadores de mayor edad lo llevaron a la victoria cada cuatro años durante seis elecciones, al inyectar millones de dólares a su campaña. Sin embargo, su dominio menguó a medida que se enfrentaba a más desafíos jurídicos y la oposición de un creciente número de latinos, quienes este año representaron casi el 20 por ciento de todos los electores registrados en el estado. Se espera que los latinos se vuelvan mayoría en Arizona para 2030.
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