Redacción
Feb 19, 2018
Un ganadero, un corredor de bolsa o un presentador de radio. AFP habló con 15 personas en Europa cuyas vidas y carreras se verán afectadas por el Brexit, un año antes de que se concrete. Esta es una selección de sus declaraciones:
Pip Simpson, de 51 años, un ganadero ovino de Troutbeck, en Westmorland, noroeste de Inglaterra: «Desde que empezaron las negociaciones tengo la impresión de qué han tratado de hacerlo lo más difícil posible para que ningún otro país lo vea como una opción fácil».
Robyn Ada McKay, de 20 años, gaitero que estudia en el Real Conservatorio de Escocia, en Glasgow: «Si quiero estudiar en Europa seguramente me va a causar algunas dificultades para lograr visados o permisos de estudio, o para vivir en otro sitio».
Lucy Harris, de 27 años, fundó un grupo de partidarios del Brexit, Leavers of London: «Hay una reacción negativa contra los partidarios de la salida porque quieren identificarnos con un cierto estereotipo, que consiste en que todos somos racistas, intolerantes y xenófobos, y no lo somos».
William Lynch, de 63 años, un ostricultor. Sus ostras pasan de un lado a otro de la frontera norirlandesa durante su crecimiento, mayoritariamente para acabar siendo exportadas a Francia: «Una frontera dura sería totalmente inviable para una empresa norirlandesa. Tendría que pagar varios aranceles por exportar las mismas ostras. Cerraré la empresa y abriré una empresa en Irlanda».
Richard Stone, de 44 años, director ejecutivo de la empresa operadora en bolsa Share: «Es importante que lleguemos a un acuerdo, y relativamente rápido, para ofrecer claridad y certeza a las empresas. Soy relativamente optimista en que se conseguirá, pero será un proceso duro».
Nuria Orduña, de 30 años, ingeniera de diseño de Barcelona, vive en Edimburgo: «Si tengo que irme, puedo irme a otro lugar y llevarme mis conocimientos. Perderá más el Reino Unido dejando escapar todo el conocimiento de los inmigrantes, de lo que ganaremos nosotros».
Laurent Faure, de 50 años, comerciante francés de vinos y propietario del restaurante Le Vieux Comptoir en el centro de Londres:
«Nuestra facturación ha caído entre un 15% y un 20%. Así que hemos perdido beneficios. Si la facturación no sirve para cubrir los gastos, tendré que cerrar. Uno se plantea hacer algo diferente. Si es necesario, irse de Inglaterra».
Con información de AFP.
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