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Barcelona y sus calles peatonales, motivo de envidia

Barcelona y sus calles peatonales, motivo de envidia

BARCELONA,- El deseo es vehemente, imaginar calles donde pasear y que los autos no interfieran, aunque parezca sueño, el hecho es real, la segunda ciudad más grande de España, una metrópoli densamente poblada con 1,6 millones de habitantes en el Mediterráneo, ha elevado su popularidad en paralelo a la congestión de sus calles y aceras.

Ha sufrido una remodelación transformadora en su paisaje urbano, Barcelona ha decidido que muchas de sus calles y cruces atascados de autos, se convertirán en calles peatonales, es un próspero centro de turismo, cultura y negocios. Desde este mes de septiembre autoridades de la ciudad comenzaron a crear el sistema de las supermanzanas en toda la ciudad, que limitarán ampliamente los autos para reducir el tráfico y la contaminación del aire.

Utilizarán el espacio público de manera más efectiva y básicamente harán que los barrios sean más agradables. “Nos gusta decir que se trata de ‘recuperar las calles para la gente’”, dijo Janet Sanz Cid, alcaldesa adjunta de la ciudad. “La gente de Barcelona quiere utilizar las calles, pero no puede hacerlo porque los coches las ocupan”.



Según el proyecto, las supermanzanas se sobrepondrán en la traza urbana actual; cada uno se compondrá de hasta nueve manzanas contiguas. Dentro de cada supermanzana, las calles e intersecciones estarán en su mayor parte cerradas al tránsito y se utilizarán como espacios comunes: plazas, áreas de juego y jardines. Sanz dijo que se espera diseñar por lo menos cinco supermanzanas para 2018.

El sistema de supermanzanas de Barcelona —llamado superilles en catalán— iría más allá de las plazas peatonales que han surgido en las calles de Nueva York. Mientras que esos lugares le han dado más espacio a los peatones en tramos concurridos, las supermanzanas representan un acercamiento más radical. Desafía la noción de que las calles les pertenecen a los autos.

La estrategia ha puesto a Barcelona, una ciudad conocida por su equipo de fútbol y la arquitectura Gaudí, en la vanguardia de los experimentos de transporte urbano y ha atraído el interés de funcionarios de transporte, planeadores urbanos y defensores en muchas otras ciudades paralizadas por el tráfico.

Claire Weisz, una diseñadora urbana de WXY, el despacho de Manhattan que rediseñó las calles que rodean el Astor Place, dijo que el proyecto de supermanzanas de Barcelona podría aplicarse en Nueva York para redefinir las calles como espacios públicos. “La gran mayoría de la gente que vive en nuestros vecindarios no tiene autos”, dijo Weisz. “Sin embargo, son principalmente utilizadas por autos, y tenemos una enorme necesidad de lugares seguros para caminar y transportarse en bicicleta”.



El proyecto de Barcelona redirigirá los autos y vehículos comerciales a calles a lo largo del perímetro de cada supermanzana, aunque los habitantes de la ciudad aún podrán conducir sus autos a velocidades limitadas y estacionarse en áreas designadas. Se permitirán entregas en horarios con menos congestión.

Sin embargo, como lo han reconocido funcionarios de Barcelona, introducir las manzanas no será tan sencillo como simplemente cambiar las reglas. Para que se acepte de manera generalizada, el proyecto requerirá un cambio cultural en la manera en que las personas ven y utilizan las calles.

La primera de las nuevas supermanzanas fue recibida con reacciones encontradas cuando se develó hace poco en El Poblenou, una antigua zona industrial que se ha desarrollado con viviendas de bajos ingresos y oficinas para empresas tecnológicas. Aunque muchos de sus habitantes se dan cuenta de los beneficios de la supermanzana, algunos se quejan de que no les dieron suficiente tiempo o una explicación antes de que se pusiera en marcha. Los negocios también han expresado su preocupación acerca de que pudiera interferir con su trabajo, entre otras cosas, al restringir cuándo pueden cargar y descargar productos.

Para inaugurar la supermanzana, profesores de arquitectura y estudiantes han trabajado con asociaciones de vecinos y negocios para proponer usos alternativos del espacio público. Con llantas y materiales reciclados, un cruce se transformó en un área de juego con un campo de fútbol y un arenero.

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Sin importar los méritos, el debate acerca de cómo debería lucir un paisaje urbano moderno, cómo debería funcionar y a quién debería servir se ha hecho cada vez más clamoroso en todo el mundo. En Nueva York, cuya población se encuentra en un récord máximo de 8,5 millones de residentes, los conflictos entre peatones, ciclistas y motociclistas han puesto el foco en los tramos concurridos. Los funcionarios de transporte han tomado medidas recientemente para expandir el sobrecargado paseo en el Puente de Brooklyn.

Polly Trottenberg, el comisionado de transporte de la ciudad, dijo que se había peatonalizado el 53 por ciento de las plazas en Times Square y otras partes de la ciudad, desde 2007, y que otras 20 plazas estaban en construcción. En total, estas plazas conformarán 11 hectáreas, aproximadamente el equivalente a 20 campos de fútbol, dijo Trottenberg. “Lo que les hemos quitado a los coches no es una cantidad insignificante de espacio”, dijo.

Trottenberg dijo que estaba familiarizado con el proyecto de supermanzanas en Barcelona y consideraría aplicar el concepto en Nueva York aunque no el nombre. En los círculos de planeación urbana, el término “supermanzana” se ha utilizado para referirse a los enormes proyectos de vivienda pública en ciudades estadounidenses. “Efectivamente, estamos formalizando cosas que se acercan a ese concepto”, dijo. “Hay muchos modelos distintos, y no hay uno que sea adecuado para todos los casos”.

nyt/r3



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Robert Francis Prevost, un moderado estadounidense con fuertes lazos con Perú

AFP

Por: AFP

hace 2 meses

Robert Francis Prevost, un moderado estadounidense con fuertes lazos con Perú

Robert Francis Prevost llegó a Perú por primera vez como joven misionero agustino y años después partió desde el país andino como obispo rumbo al Vaticano, donde este jueves se convirtió en el primer papa estadounidense, con el nombre de León XIV.

Prevost, de 69 años y que también tiene nacionalidad peruana, llega al trono de San Pedro con una reputación de moderado, crucial en un momento en que la Iglesia aparece muy dividida.

Desde el balcón de la basílica de San Pedro del Vaticano, el nuevo papa instó a «construir puentes» a través del «diálogo», avanzando «sin miedo, unidos, dando la mano a Dios y dándonosla entre nosotros».

«Dios nos ama, Dios os ama a todos, y el mal no prevalecerá», afirmó en su primer discurso, en el que trató de unir y tranquilizar ante un mundo asolado por las guerras.

«Mucho por hacer»

Prevost ha pasado un tercio de su vida en Estados Unidos. El resto entre Europa y América Latina, una de las periferias del mundo de donde también era el argentino Jorge Mario Bergoglio.

El diario italiano La Repubblica lo llamó «el menos estadounidense de los estadounidenses» por la moderación de sus palabras.

La idea de un papa norteamericano estuvo por siglos descartada en Roma, ya fuera por la distancia –estaban tan lejos que normalmente llegaban tarde a los cónclaves– o por decisiones geopolíticas.

Según el sitio especializado Crux, tener un pontífice de la primera potencia mundial hacía temer además que la CIA pudiera meter sus manos en la Iglesia.

Arzobispo emérito de Chiclayo, a unos 750 km al norte de Lima, Prevost obtuvo la nacionalidad peruana en 2015.

Dejó Perú para sumarse al gobierno vaticano, donde dirigió el importante dicasterio para los Obispos, que tiene la destacada función de aconsejar al papa sobre los nombramientos de los jerarcas de la Iglesia.

Tras la muerte de Francisco, Prevost dijo que aún quedaba «mucho por hacer» en la transformación de la Iglesia.

«No podemos parar, no podemos retroceder. Tenemos que ver cómo el Espíritu Santo quiere que la Iglesia sea hoy y mañana, porque el mundo de hoy, en el que vive la Iglesia, no es el mismo que el mundo de hace 10 o 20 años», dijo el mes pasado a Vatican News.

«El mensaje siempre es el mismo: proclamar a Jesucristo, proclamar el Evangelio, pero la manera de llegar a las personas de hoy, los jóvenes, los pobres, los políticos, es diferente», añadió.

Misionero en Perú

Fue uno de los cardenales más cercanos a Francisco, cuyo pontificado generó resistencias dentro de los sectores más conservadores.

Pero al mismo tiempo, su sólida formación en Derecho Canónico tranquiliza en estos círculos que buscan un enfoque más centrado en la Teología.

Prevost nació el 14 de septiembre de 1955 en Chicago y asistió a un seminario menor de la Orden de San Agustín en San Luis como novicio antes de graduarse en Matemáticas en Filadelfia.

Políglota, estudió Derecho Canónico en Roma, donde también obtuvo un doctorado.

Se unió a los agustinos en Perú en 1985 para la primera de sus misiones en el país andino.

Al regresar a Chicago en 1999, fue nombrado prior provincial de los agustinos en esa región estadounidense y posteriormente prior general de la orden en todo el mundo.

Regresó a Perú en 2014 cuando Francisco lo designó administrador apostólico de la diócesis de Chiclayo.

Casi una década después, entró en la curia en sustitución del cardenal canadiense Marc Ouellet, que fue acusado de agredir sexualmente a una mujer y renunció por motivos de edad. Entonces, el difunto pontífice lo nombró también presidente de la comisión pontificia para América Latina.

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