RÍO DE JANEIRO.- La capital del estado brasileño de Espírito Santo, Vitória, era escenario las últimas horas de saqueos, agresiones y una oleada de asesinatos después de que la policía militar iniciara una huelga que provocó el envío urgente del Ejército para contener el desorden. La huelga, realizada por familiares de los policías que impiden a las fuerzas de seguridad salir a patrullar, ya que en Brasil la ley impide a los militares manifestarse, inició la madrugada del sábado para exigir un aumento de los salarios y el pago de beneficios complementarios.
Desde entonces, Vitoria –una ciudad de 3.5 millones de personas situada al norte de Río de Janeiro- es escenario de saqueos de tiendas de electrodomésticos, agresiones y aumento de los homicidios. Desde el sábado son ya más de 50 los muertos registrados en la ciudad, según datos del sindicato de policía civil, que hoy alertó del aumento exponencial en comparación con todo el mes de enero, cuando fueron cuatro personas las fallecidas en la capital de este estado del sudeste de Brasil. Algunos servicios públicos como las escuelas municipales y algunos puestos de salud fueron cerrados ante el aumento de la inseguridad, mientras las empresas de autobuses de transporte en la ciudad amenazan con interrumpir sus servicios.
El Gobierno federal brasileño anunció hoy el envío urgente de 200 hombres de la Fuerza Nacional a la ciudad para hacer frente a la situación de caos, mientras decenas de vídeos de saqueos fueron divulgados por habitantes de la ciudad en las redes sociales. La profunda recesión que sufre Brasil y la caída de los ingresos por parte del erario público generó varias crisis de seguridad en regiones del país sudamericano, como en Río de Janeiro, donde los asesinatos, los robos y los asaltos crecieron en 2016 a tasas de dos dígitos. El hundimiento de las finanzas públicas llevó a varios a estados al borde de la bancarrota, lo que se ha traducido en recortes draconianos en gasto público con sanidad, educación y seguridad, lo que ha afectado al pago de salarios de los policías.
Notimex/JRGA