CIUDAD DEL VATICANO.- El cardenal George Pell, prefecto de la Secretaría de Economía del Vaticano y estrecho colaborador del Papa, negó haber encubierto a sacerdotes culpables de abusos contra menores. La acusación figura en el libro “Lujuria”, que sale a la venta esta semana. En una declaración oficial, el secretario del purpurado Anthony Robbie, rechazó la publicación y sostuvo que la misma es animada “por quienes se oponen” a las reformas económicas en la Santa Sede impulsadas por Francisco.
Esas personas, de las cuales no indicó nombres, se sienten amenazadas por el progreso en el establecimiento de la transparencia y el enfrentamiento a las “malas prácticas”, indicó. Por eso “han usado durante mucho tiempo las mentiras, las calumnias y los ataques públicos como tácticas de distracción”, añadió. “Estos recientes ataques contra el Vaticano, las reformas económicas y el cardenal George Pell no solo están regurgitando afirmaciones falsas, sino que parecen tener una intención más siniestra”, agregó. “Lujuria” llegará a las librerías mañana 19 de enero, escrito por el periodista Emiliano Fittipaldi, quien fue procesado por los tribunales vaticanos por otro libro suyo, “Avaricia”, en el cual publicó documentos sobre la reforma financiera del Vaticano.
Aquella publicación, junto con otro libro (“Via Crucis”), desencadenó el llamado “vatileaks 2”. Finalmente tras un juicio, el tribunal se declaró incompetente para poder sentenciar al autor. Ahora, en “Lujuria”, Fittipaldi dobló la apuesta y se lanzó contra varios cardenales, cercanos colaboradores del Papa, a los cuales acusó de encubrir sacerdotes pederastas. Sobre Pell, anterior arzobispo de Sydney, Australia, el texto señala que en su país es acusado de ocultar diversos casos de abuso contra menores, incluso presionando a las víctimas. Una de ellas, Emma Foster, se suicidó años después. Pero también habla Francisco Javier Errázuriz, chileno, ex arzobispo de Santiago, señalado por el caso de Fernando Karadima. Lo acusan de haber “alargado exageradamente” las acusaciones contra el cura.
Y del caso de Enrique Vásquez, un sacerdote costarricense que entre 2003 y 2004 fue recibido en una diócesis de Honduras, cuyo cardenal primado es Oscar Rodríguez Maradiaga, coordinador del consejo de cardenales asesores del Papa en el gobierno de la Iglesia. Hasta ahora sólo Pell ha respondido a la publicación de Fittipaldi. La nota calificó al libro como “de mala calidad y obsoleto”, porque vuelve a plantear “falsas alegaciones” contra el cardenal, en un “intento descarado de oscurecer su nombre y su reputación”. “Estos temas ya han sido revisados a fondo por las autoridades civiles competentes y es claro del análisis detallado que el cardenal Pell nunca ha sido parte de encubrimientos o protección de pedófilos y otros delincuentes”, estableció.
“Como el impacto de las reformas económicas del santo padre empiezan a surtir efectos, artículos buscando desacreditar a quienes lideran las reformas son de esperar, desafortunadamente”, añadió. Insistió que la Comisión Real de Australia encargada de investigar casos de abuso no alcanzó “hallazgos adversos” contra el purpurado y, más bién, el “estuvo entre los primeros líderes de la Iglesia en enfrentar este mal y tomar pasos tangibles para asistir a los sobrevivientes”.
Notimex/JRGA